⠀ ⠀⠀' ❝ me di cuenta que gaste mi
tiempo preocupándome por todo
lo malo que me había sucedido en
el pasado, que no me di cuenta que
estaba ignorando todo todo lo bueno
que estaba en mi presente ❞
...
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NARRADOR OMNISCIENTE
—ESA ES LA CASA FEORGE, 4 de Privet Drive —el grito de Eider hizo sobresaltar a los gemelos, los cuales estaban al frente.
—¡Si, es ahí! —le siguió Ron.
George Weasley giro el carro en la dirección que señalaban Eider y Ron. Eider miro el lugar fijamente, inspeccionando.
La calle estaba compuesta por casas similares y tenían un aspecto muy pulcro; Un lugar muy tranquilo y definitivamente sin nada de magia. Por otro lado, El Número 4 de Privet Drive era una casa grande y cuadrada, con jardines trasero y delantero.
—En esa ventana Greg —george miró la ventana que su gemelo señaló y se dirigió hacia ella.
Harry abrió los ojos al sentir que lo estaban observando. La luz de la luna brillaba por entre los barrotes de la ventana. Y alguien, con los ojos muy abiertos, lo miraba tras la reja: alguien con la cara sin una mancha, el pelo marrón y la nariz un poco levantada.
Eider Filch estaba afuera en la ventana.
—¿Me extrañaste, darling?
—¡Eider! —exclamó Harry, abriendo la ventana para poder hablar con ella a través de la reja—. Eider, ¿cómo has logrado? ¿Qué?
Harry se quedó boquiabierto al darse cuenta de lo que veía. Ron empujaba a Eider para también poder sacar la cabeza por la ventanilla trasera de un viejo coche de color azul turquesa que estaba detenido ¡ni más ni menos que en el aire!
—¿Fred, george?
—¿Todo bien, Harry?
—¿Pero... qué hacen aquí? —Eider rodó los ojos, preguntándose que si de bebé habian dejado caer a Harry.
—Rescatandote de tus tios. ¿Qué haces alli todavia? trae tus cosas y vámonos.
Harry se retiró al fondo de la habitación, donde estaba Hedwig, que parecía haber comprendido que la situación era delicada y se mantenía inmóvil y en silencio. El coche aceleró más y más, y de pronto, con un sonoro crujido, la reja se desprendió limpiamente de la ventana mientras el coche salía volando hacia el cielo. Harry corrió a la ventana y vio que la reja había quedado colgando sólo un metro del suelo. Entonces Ron fue recogiendo la cuerda hasta que tuvo la reja dentro del coche. Harry escuchó preocupado, pero no oyó ningún sonido que proviniera del dormitorio de los Dursley.
