Sophie le arrebató el teléfono.
-Thomas, habla Sophie, dime exactamente que sucedió.
Luego de unos minutos corto la llamada y le devolvió el móvil a rebecca.
-Rebecca ¿Estas bien?
-No... siento algo... aquí...- se tocó el pecho del lado del corazón.
-¡Oh no! No me digas eso ¡Un médico!- exclamó Sophie desesperada.
-¡No, no, no! No entiendes, tengo la sensación de que algo malo, le sucedió a Erik...
-ah... si, hablando de él... espera, vamos a tomar algo de aire y te cuento.
Tomaron sus bolsos y salieron de Legacy.
-Escucha, Thomas me dijo que Erik recibió un llamado, del que no quiso dar detalles. Pero luego el idiota de Thomas se quedo dormido y cuando despertó Erik... ya no estaba...
-¿Y dónde está?- comenzó a llorar desconsolada.
-Tranquilízate, por favor...- Sophie la abrazó con fuerza, acariciando su cabello- cálmate... ¿si?
-Es que algo tuvo que haberla pasado...
-Piensa Rebecca ¿en qué lugar puede estar?
-yo no lo sé... es que...-permaneció en silencio unos segundos- un momento... ¡ya se!- limpió sus lágrimas- llévame a "Under Ground"
Las dos corrieron al coche y Sophie arrancó a toda velosidad.
-Algo me dice que está aquí, cuando algún problema lo supera, suele ir ahí.
-Esperemos encontrarlo.
Rebecca ya veía el cartel que anunciaba el lugar, la fila era extensa, pero sabía que podrían entrar.
Ambas se dirigieron a la entraba, salteando la fila.
-Hola, ¿me recuerda?- preguntó Rebecca.
-¿Cómo olvidar a la pequeña ovejita? ¿Qué te trae por aquí?
-verás, mi amiga y yo, necesitamos entrar.
-Lo siento, hoy es noche de apuestas, y eso es peligroso, para dos ovejitas...-Observó a Sophie, de la misma manera que lo había hecho con Rebecca la primera vez que ella fue allí.
-¿a quién diablos le dices oveji...- Rebecca tapó su boca.
-Váyanse- el hombre sudoroso no estaba de buenas.
Se salieron de la fila.
-¿y ahora qué se supone haremos?- Rebecca miró a Sophie.
-Sígueme...
Sophie rodeó el lugar, en busca de una entraba clandestina.
-Lo tengo, mira- señaló una pequeña ventana.
-Es un poco chica ¿no crees?
-¿Quieres entrar?- Rebecca asintió- Entonces no hay excusa, vamos ayúdame.
Se acercaron a la ventana, Sophie dio un salto y empujó el vidrio abriéndolo. Con un salto más, se sentó en el borde de la ventana, y entró. Tomó la mano de Rebecca y la ayudó.
La ventana daba a una habitación que estaba sin uso, o tal vez fuera una despensa. Estaba sucia, oscura, y el olor a encierro era penetrante.
-¿Cómo permiten qué esté lugar abra sus puertas?- preguntó Rebecca mientras tosía sin control.
-Arreglos, es la respuesta- dejo Sophie inspeccionando el lugar con la mirada.
Un hilo de luz se filtraba en el maloliente lugar.
Era la salida.
Una vez fuera del cuarto, el humo de todos los fumadores se mezclaron con el poco aire que había, impidiendo respirar con normalidad.
Era noche de apuestas, y se notaba en la cantidad de gente que había en las mesas.
-Busquemos a Erik ¿nos separamos?- preguntó Sophie.
-¡No! Ni tú, ni yo, andaremos so...
Su vista viajó de Sophie, a un grupo de enormes brabucones, que golpeaban sin piedad a otra persona.
Rebecca sacó a Sophie de su camino, y comenzó a caminar hacia la zona de la pelea.
-¡Rebecca! ¡detente! ¡ven aquí! ¡no te acerques!-Sophie corrió detrás de ella, y la agarró del brazo, pero ella, seguía avanzando como si nada.
Se coló entre los grandes y violentos sujetos.Fue golpeada, empujada, hasta había recibido varios tirones de cabello.
-¡ERIK! ¡MALDITA SEA! ¡DEJENLO!
Erik estaba tendido en el suelo, casi inconsciente. Su rostro sangraba a causa de varios cortes.
Se tomaba el abdomen con ambas manos y se retorcía adolorido.
-¡Basta! ¡Hijos de perra!
Las fuerzas de Rebecca, parecían haberse duplicado, cuando empezó a empujar y golpear a todos los desgraciados. Usaba hasta su piernas lanzando patadas al aire.
Sophie pudo filtrarse entre la gente y llegar a Rebecca.
-¿¡Qué esperan imbéciles!? ¡Muevan sus culos o llamaré a la policía! ¿Fuera de aquí!
Se miraron entre si, y se alejaron.
Rebecca se tiró sobre Erik, manchando su ropa con la sangre de él.
-Tranquilo bebé, te sacaré de aquí; ¡Sophie llama una ambulancia, rápido!
Erik abrió sus ojos, la miró unos segundos, intentó alzar su brazo para acariciar su rostro, pero un fuerte dolor se lo impedía.
Ella tomó su mano, él la apretó con la fuerza que le quedaba.
Las cosas se empezaban a oscurecer, sólo veía el rostro borroso de Rebecca, y sus labios moviéndose, pero él no la oía.
Finalmente no vió más nada...
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De Cabeza Por Amor.
RomanceRebecca Lonary, no usaba malas palabras, no maldecía, el orden y la prolijidad la caracterizaban. Llevaba el estudio como único estilo de vida. No había quien acabara con su infinita paciencia. Hasta que un día, en un esperado intercambio estudianti...