De Cabeza Por Amor.

Capitulo 32

-Rebecca Lonary, no sólo aprobaste, este examen es realmente para enmarcar, estoy en condiciones de decir que la beca es tuya.

Rebecca gritó de alegría y se arrojó a los brazos de Erik.

-¡Muy bien cariño!  Sabía que lo lograrias! -dijo besando su cabeza.

-Disculpen, me retiró a buscar los papeles de la beca. Felicitaciones.

Ella se alejó de Erik con una sonrisa cargada de miles de emociones.

-Yo...yo... lo conseguí... no lo creo...-la sonrisa se desvaneció- Sophie...

-¿Qué sucede con ella?

-La extrañare no se si podré alejarme de ella...

-Rebecca esto es lo que más deseabas, Sophie lo entiende y te apoya... quédate tranquila...- volvió a enredarla entre sus fuertes brazos.

-Debo hablar con ella...- le dio un tierno besó es los labios y se alejó rápidamente.

Recorrió Legacy en busca de Sophie. Hasta que por fin la halló en la sala de arte. Estaba sola.

Los escalofríos del besó desagradable de Connor la abrumaron. Sacudió la cabeza alejando los recuerdos.

-Toc toc toc... ¿puedo pasar?

Sophie sonrió y asintió.

-¿Qué haces aquí sola? - se sentó en un banquillo a su lado.

-Nada... sólo quería estar... sola...

-Mmm... bien como tu digas, tengo que contarte algo...

-Soy todo oídos.

-Obtuve la beca...- dijo con voz cauta.

Sophie bajó del banquillo y la abrazo. Rebecca la correspondió.

-Estoy orgullosa de ti- le susurró con la voz ahogada en llanto.

-¡Oh dios Sophie! ¡Te extrañare maldita sea!

-Yo también, sabes que aquí estaré para ti, siempre...

Dejaron de abrazarse. Las dos trataban de controlar un dificultoso sollozo.

-Si lo sé... yo... yo volveré lo prometo...

-¡Más te vale nenaa!- ambas rieron.

-Disculpen la interrupción- dijo el profesor en la puerta del aula-la necesito señorita Lonary, debe firmar algunos papeles.

-¿No te enojas? - le preguntó a Sophie.

-Claro qe no... luego nos veremos...

Rebecca siguió al profesor hasta la dirección. Este le ofreció un bolígrafo y le indicó dónde debía firmar.

-Muy bien ya eres una becada de  la Universidad de Toronto -estrecharon sus manos.

Rebecca se dirigió a la cafetería, allí Erik la esperaba sentado en una de las mesas.

-Bebé, no sabes lo emociona que estoy- dijo acomodándose frente a él.

-Si lo sé cariño, y yo estoy muy feliz por ti.

Erik tenía un dejo de rareza en su voz- ¿Qué sucede?

-¿Por qué preguntas eso?- fingió una sonrisa con poco éxito de que Rebecca le crea.

-Vamos, estas raro, no lo niegues...

-Nada, tranquila, disfruta de tú momento- tomó su mano que reposaba sobre la mesa.