Las Hadas

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Ian y Barley siguieron caminando por la calle todavía discutiendo, como siempre aunque en está ocasión Barley no podía golpear o aplicarle llaves a Ian, lo púnico que hacía era patalear a Ian en su bolsillo.

-vuelve a hacer eso te agarro y te lanzó lejos-le dijo Ian a su hermano diminuto.

-por ese comentario te acabas de ganar otra patada en el trasero, no te podrás sentar en dos días-

-no si te rompo los pies primero, si me demandan solo digo que me estaban atacando y como soy menor de edad...

En eso Ian llego a otra cuadra y por fin pudo ver una gasolinera.

-al fin-

El chico se acercó a ella cuando de repente comenzaron a sonar el rugido de los motores de motocicletas, esa no era buena señal.

-ay no-

-¿Qué ya no ten gallito?-

En eso llegaron media docena de motocicletas que al parecer se conducían solas ya que no tenían pioto.

Cuando las motocicletas se estacionaron a un lado del local de la gasolinera, de la anda salieron de ella unas haditas diminutas de color rosa vestidas con pantalones negros y chamarras de piel negra con accesorios con picos.

En eso un elfo salió de la tienda sosteniendo una malteada de fresa.

-¡que ves idiota!- le grito la que parecía ser la líder.

-¡muévete!-

Las demás comenzaron a girtarle insultos hasta que el pobre señor termino asustándose y al final tiro su bebida antes de salir corriendo mientras que las hadas entraban a la tienda.

Ian entró a la tienda, solo tenía que pedir la gasolina y listo, no tenía por qué tener problemas, ya en el interior las hadas ya estaban destrozando todo agarrando y probando los dulces, bebidas.

-¡que ves idiota!-le gritó una de las hadas a Ian.

-nada no es nada-

An pasó al mostrador para hablar con el encargado.

-¡si es el ganador!- gritó una de las hadas al raspar el boleto

-necesito llenar el contenedor-

-Ian necesito ir al baño-

-¿no puedes aguantarte?-

-no sé es tu bolsillo-

-está bien, ¿podría prestarme la llave del baño?-

Ian sacó a su hermano mientras que este decía que podía bajarse el solo, por un segundo a Ian se le vino a la mente dejar que Barley saltara de su bolsillo al piso a ver como terminaba lesionado, pero Ian decidió bajarlo al piso.

El encargado le dio la llave a Ian y este le dio la llave a Barley, este se la llevo cargando.

-te veo afuera hermanito-

-¿algo más una recarga?-

Ian lo consideró, pero su celular estaba destruido, aunque podía hacerle la recarga a Barley, pero también tenía pensar en el viaje de regresó y aunque no había visto cuánto dinero traía su hermano, pero a él no le quedaba mucho.

-sería todo-

-si-

-son cincuenta-

Ian pago con efectivo mientras que el empleado imprimía el ticket y se lo daba al joven elfo.

Ians salió al exterior, puso el ticket en la máquina para que el pudiera surtirse en su contenedor, una vez que el contendor estaba lleno, este cerró el contenedor, esperando a Barley.

Mi versión de Onward (Unidos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora