¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
acto 1; capitulo 9
A J E D R E Z M Á G I C O
—¡TENDRÁS QUE ACEPTAR el hecho de que soy horrible en el ajedrez mágico, James! —exclamó Diana, golpeando su cabeza en la mesa haciendo un ruido sordo.
—¡No, no, no Diana! Ninguna novia mía puede ser horrible en el ajedrez mágico—dijo James sacudiendo la cabeza mientras recogía los trozos rotos.
—¿Cuántas veces tengo que recordarte que no soy tu novia? —murmuró Diana sin levantar la cabeza de la mesa.
—Eres la única opción que tengo, ¿vale? Sirius y Peter no saben jugar y Remus esta demasiado ocupado—explicó James, haciendo un puchero.
—¿Así que soy tu último recurso? —preguntó Diana, levantando la cabeza de la mesa.
—Bueno, si—suspiró James, dedicándole a la rubia una mirada casi triste.
—Vaya, Potter, realmente sabes como hacer que una chica se sienta especial—le dijo Diana mientras ponía los ojos en blanco. Estaba a punto de irse, pero decidió no hacerlo cuando vio la mirada de decepción que se grababa en los rasgos de James.
—Muy bien, Potter. Solo una partida más, pero después de eso me voy. He de terminar mi ensayo de Transformaciones.
James le dedicó una sonrisa tan grande que, por un momento, Diana se preocupó. Después puso los ojos en blanco, ansiosa por terminar con aquel juego de una vez.
☽ 。✧◦.༄ ⋆
—NUNCA PENSE QUE viviría para ver el día en que James Potter es derrotado en el ajedrez mágico—rio Sirius, dándole un par de palmadas en la espalda a su amigo y chocando los cinco con Diana.
—Estoy de acuerdo, bien hecho Diana—la felicitó Remus con una sonrisa.
Diana no pudo borrar la sonrisa de su propia cara, de hecho, se sintió bien al vencer a James Potter en su propio juego. Se lo había pasado bien, pero el ensayo de McGonagall todavía la esperaba.
—Bueno, aunque me gustaría mucho quedarme aquí y disfrutar de mi victoria, todavía tengo un ensayo que escribir—dijo Diana, poniéndose de pie, recogiendo sus cosas y saliendo del Gran Comedor.
—¿No quieres una ronda más? —gritó Sirius con una sonrisa burlona.
—¡Cuando termine mi ensayo! —dijo Diana, girando la cabeza y mirándolos con una gran sonrisa.
—Lo estaré esperando con ansias, amor—dijo James, guiñando un ojo. Diana rio y sacudió la cabeza, y antes de que se dieran cuenta estaba fuera del comedor.
—Muy bien, Cornamenta. Sabemos que la has dejado ganar—dijo Sirius, dándole un codazo a James con una pequeña sonrisa burlona en la cara.
—No tengo ni idea de lo que estas hablando—dijo James con una pequeña sonrisa mientras limpiaba el tablero de las piezas de ajedrez rotas.
Remus no pudo evitar sonreírle a su amigo.
—Admítelo. Nadie se convierte en tan buen jugador en poco tiempo.
—Tal vez tiene un don natural—dijo James, sacudiendo la cabeza, aunque la sonrisa seguía presente en su cara—A fin de cuentas, ella es una Ravenclaw.
—¡Ni siquiera puedes borrar esa estúpida sonrisa de tu cara! —dijo Sirius, riendo a carcajadas—¡Vamos, Cornamenta! Los errores que has cometido son tan obvios que hasta yo podría haberte vencido. Y ni siquiera se jugar al ajedrez.
—Muy bien. La he dejado ganar. ¿Y qué? —admitió James finalmente—Cometí un error y ella pudo conseguir mi caballo. Deberías haber visto lo emocionada que estaba, así que la he dejado ganar esta ronda cometiendo un par de errores más.
—Eso es adorable, James—dijo Peter, hablando por primera vez desde que habían llegado al Gran Comedor.
—Intentó hacerlo bien, Peter. Realmente lo intento—dijo James, sacudiendo la cabeza—Ahora, ¿podéis vosotros tres dejarlo?
