┃ISSUE
acto 2; capitulo 3
U N A D E N O S O T R O S
—¡JAMES!—EXCLAMÓ DIANA sorprendida, sintiendo como los brazos de James Potter la sujetaban por los hombros, y la abrazaba, sosteniéndola cerca de su pecho—¡Sueltame!
James la soltó con un movimiento de cabeza, sabiendo internamente que su tono de voz molesto no era real. Aún separarse de ella, unió sus dedos con los de Diana y balanceo sus manos mientras caminaban por los pasillos hacia la clase de Pociones.
Los estudiantes de Hogwarts zumbaban de excitación por lo cerca que se encontraba el fin de año. Se acercaba la Navidad y los estudiantes esperaban con ansias la proxima visita a Hogsmeade. La nieve habia comenzado a caer sobre los terrenos del castillo, envolviendo el colegio en capas de blanco brillante. El profesorado, con ayuda de los prefectos, también habian empezado a decorar las paredes del castillo con varias coronas y adornos.
James sonrió mientras Diana y él se sentaban en sus asientos habituales. Sus compañeros de clase hablaban entre ellos, pero él no les prestó atencion. Sus ojos estaban fijos en la chica que se sentaba junto a él mientras cogia una pluma y un pergamino de su bolso de cuero marrón. Un mechon suelto de pelo rubio se había desprendido de la cola de caballo de Diana, y él extendió la mano para colocarlo detras de su oreja. Diana apartó su cara de la mano de James, pero el todavia era capaz de notar el tono rosado que cubria sus pálidas mejillas.
—¿Hace mucho frío en esta clase o es que te estas ruborizando por mi culpa?—se bruló James, dandole un golpe jugeton con el hombro.
—Cállate—murmuró Diana, empujando a James, causando que casi se cayera de su silla.
Sirius y Arabella, que se habían sentado justo detrás de ellos, miraron a la pareja con expresiones divertidas en sus rostros. Sus risas aumentaron cuando James se giró y les indicó que se callaran. Arabella respondió a su amigo enviandole un beso, lo que hizo que Sirius riera aun más fuerte.
El profesor Slughorn entró en el aula, y el silencio envolvió la habitación. No tardó ni un segundo en comenzar a hablar sobre la Tercera Ley de Golpalott.
—...en pocas palabras, el antídoto para un veneno mezclado es más que la suma de sus partes. No podemos mezclar los antídotos individuales de sus respectivos venenos y asumir que funcionará...
James hizó a un lado la voz del profesor y se centró en la persona junto a él con el ceño fruncido y la pluma volando de un extremo al otro del pergamino, mientras trataba de apuntar todas y cada una de las palabras que salian de los labios del profesor. Diana era mucho más interesante que cualquier leccion de pociones.
—Ves a Hogsmeade conmigo este fin de semana—dijo James lo suficientemente alto para que Diana lo oyera.
No estaba seguro de si ella lo habia oído, asi que abrió la boca para decirlo más alto, pero ella lo cortó antes de que pudiera siquiera formar las palabras.
—No.
—¿Por qué no?—preguntó James, haciendo un puchero.
Los ojos de Diana seguian fijos en el profesor, sin dedicarle ni una sola mirada; sin embargo, un pequeño indicio de una sonrisa se abre paso por la comisura de sus labios. Una sonrisa que James no puede evitar notar.
—Tengo deberes.
—Basura—contesta él—Vamos—insiste James, resistiendo el impulso de poner los ojos en blanco—Será nuestra primera cita.
—Ya tuvimos una cita en Hogsmeade. Te ayudé a buscar túnicas de vestir, y luego fuimos a la Tienda de Té de Madame Tudipié.
—En ese entonces estabamos fingiendo una relación. Esta vez te pido una cita de verdad—dijo James.
Diana estaba a punto de abrir la boca para responder, cuando el profesor se apartó de la pizarra y los miró directamente.
—¿Algo para compartir con la classe, señor Potter, señorita James?
—No, señor—murmuró Diana, mientras su cara enrojecia lentamente hasta adoptar el tono más brillante de carmesí que nadie en esa clase de pociones hubiera visto jamas—Lo siento.
James sacudió la cabeza.
Slughorn puso los ojos en blanco mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios, y se volvió hacia la pizarra.
—¿Y bien?—preguntó James, dandole un codazo a Diana.
—De acuerdo—respondió Diana, exasperada por las payasadas de James—Ahora, callate y presta atencion. No pienso suspender Pociones por tu culpa.
—Si, señora—sonrió James, finalmente poniendo toda su atención en la pizarra.
☽ 。✧◦.༄ ⋆
—¿QUÉ QUIERES PARA Navidad, Diana?—preguntó James, estrechando a Diana contra su costado mientras paseaban por las calles nevadas de Hogsmeade.
Los estudiantes, envueltos en gruesos abrigos que los protegian contra el frio del invierno, corrian dentro y fuera de las tiendas tratando de encontrar regalos para sus familiares y amigos. En el aire se palaplaba la emocion y exitación, del tipo que recorria los huesos de todo el cuerpo y dibujaba la más brillante sonrisa en tu cara.
—No tienes que regalarme nada—insitió Diana, mientras una nube de vaho salia de su boca.
—¡Pero yo quiero!—se quejó James, poniendo una cara triste. Una de la que ella solo podia reirse.
Diana sacudió la cabeza, sabiendo que no había manera de convencer a James de que no le regalara nada. Lo conocia lo suficiente como para estar segura de eso.
—Sea lo que sea lo que me des estoy segura de que me va a encantar.
—Vaya, en ese caso no hay presión—dijo James con una sonrisa burlona, poniendo una mano sobre su pecho en fingido nerviosismo.
Los ojos del chico recorrieron la cara de la rubia, fijandose en su nariz roja, en los copos de nieve que se posaban delicadamente sobre sus pestañas y en el pelo rubio que asomaba bajo el sombrero de lana.
Abrazó a Diana con más fuerza, si es que eso era posible, sintiendo como su cuerpo temblaba.
—Te estas congelando—mencionó— Vamos dentro, ¿vale?
☽ 。✧◦.༄ ⋆
LA CAMPANA COLOCADA sobre la puerta de Las Tres Escobas indicó la entrada de James y Diana en la taberna. El lugar estaba lleno de gente, y sus voces se mezclaban creando el sonido de una cálida y acogedora charla.
La pareja buscó con la mirada una mesa vacía desde donde pudieran contemplar al resto de personas que había en el interior de la taberna. Durante su busqueda, los ojos de James se posaron sobre el resto de los merodeadores, que estaban sentados en la parte trasera del pub y saludaban a James y Diana.
—Se que se supone que esto era una cita, pero todas las otras mesas estan llenas y la verdad es que no quiero volver fuera, donde hace frio...—empezó James, metiendo las manos en los bolsillos de su abrigo y evitando la mirada de Diana.
La chica puso los ojos en blanco, pero la comisura de su labio se movió hacia arriba. Con un suspiro dijo:
—Por supuesto que podemos sentarnos con tus amigos, James.
Se abrieron camino a través de las mesas, chocando con otros estudiantes. Se acomodaron y se sentaron frente a Sirius y Arabella donde originalmente habian estado sentados Remus y Peter, que se habian movido a los extremos de la mesa cuando vieron a James y Diana acercarse. Sirius les paso dos vasos con cerveza de mantequilla.
—Sabia que os uniriais a nosotros en algún momento del dia, asi que hemos pedido de más.
Diana le agradeció al chico y dio un sorbo a su vaso, dejando que la dulzura de la bebida llenara sus sentidos.
—¿Te quedas para las fiestas, Diana?—preguntó Arabella, descansando su cabeza en la palma de su mano, mirando dirctamente a Diana.
La rubia se removió en su asiento y sacudió la cabeza.
—No, vuelvo a casa todos los años.
—¿Hay alguna manera de convencerte de lo contrario?—preguntó Sirius, inclinandose hacia Diana.
—Si, tenemos guerras de bolas de nieve, nos atragantamos con el chocolate caliente, abrimos los regalos juntos...—dijo Peter, enumerando todas las cosas que le gustaban de celebrar las fiestas juntos en Hogwarts, una tradicion que tenian desde su primer año.
—La fiesta de Navidad es muy buena también—agregó Remus.
—¿Qué dices, Di?—preguntó James, inclinando la cabeza y mirandola expectante.
—Lo siento. Mis padres me esperan en casa.
—Oh, esta bien—dijo Peter, encogiendose de hombros y limpiandose la espuma del labio superior con la parte de atrás de la manga—Supongo que te daremos nuestros regalos cuando vuelvas.
—No teneis que darme nada.
—No seas tona, Diana—dijo Arabella, moviendo la mano antes de acercarse el vaso de cerveza a la boca.
—¡Si, ahora eres una de nosotros!—exclamó Sirius un poco demasiado alto, haciendo que los clientes de las mesas cercanas le miraran con fastidio antes de volver a sus respectivas conversacions.
—¿Yo?
—Eres realmente genial—estuvo de acuerdo Remus, tomando un sorbo de su cerveza antes de añadir, mirando a James—Y lo mejor es que lo mantienes bajo control.
—Si, y una vez que estas dentro, estas dentro para toda la vida. ¿No es así, chicos?—preguntó Sirius, mirando al resto de los Merodeadores, que asintieron como respuesta dedicandole miradas cálidas a Diana—¡Oh, Diana se está sonrojando!—se burló Sirius, señalando con el dedo las mejillas cada vez más rojas de la rubia.
Diana intentó esconder su cara detrás del hombro de James, quein le rodeó los ombros con un brazo, dejandola apoyar la cabeza en el suyo.
—Por Diana—dijo Arabella, levantando el vaso de cerveza de mantequilla.
El resto de sus amigos siguieron su ejemplo, exclamando:
—¡Por Diana!
ESTÁS LEYENDO
𝖎𝖘𝖘𝖚𝖊↝james potter
Fanfiction𝐈𝐒𝐒𝐔𝐄│❝Donde James Potter, con un poco de ayuda de Diana James, trata de hacer que Lily Evans se ponga celosa❞ [Marauders era] [James Potter x OC] [Cover by abbxmar] © original de @-elleira