Prólogo

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La brisa era refrescante, tanto como una bebida acompañada de frescos y sólidos hielos que poco a poco se desvanecen. Jungkook, el más pequeño de los Jeon era todo un comelón adorable. Con cuatros años tenía grandes mejillas, brazos regordetes al igual que su figura en sí.

En ese momento disfrutaba de unas deliciosas galletas que su abuela le había obsequiado por su cumpleaños. Ese era su día favorito, su cumpleaños. Su casa se llenaba de exquisita comida casera, le daban obsequios, ¡y aún mejor! Le regalaban dulces y chucherías que apenas y le duraban ese día.

Con el pastel decorado con la figura de Ironman y cuatro velas en el medio sumergidas hasta la mitad frente a sus brillantes ojos, relamio sus labios pudiendo sentir cada vez más cerca el exquisito sabor a chocolate de la torta dulce. Su madre lo miraba muy emocionada, sentía como si el día anterior hubiese cumplido un año. Estaba muy orgullosa de él, y sobre todo, agradecida que fuera feliz.

Claro, eso hasta que entrara a la escuela. Desde ese momento, la imagen tan animada y única de Jungkook moriría.

¡Hey tú! gordito [Taekook - 태국]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora