Pronto apareció de nuevo a su lado, cogiendo la protuberancia de toda su longitud. Se volvió a poner de rodillas a su lado. Se veía… condenadamente sensual. El dios del sexo, pensó ________. Completamente. Ella no quitó el ojo de la mano de Ashton ,
subiendo y bajando…
- Demuéstreme que tanto la desea. – posó la otra mano detrás de la cabeza de
__________ y la acercó a él, a su carne.
__________ lo intentó meter todo dentro de su boca. Ashton gimió, ante la succión, fuerte.
- Oh, si… - jadeó, viendo como __________ se la mamaba. – No pare si no se lo ordeno. – se limitó a decir, recogiendo el pelo de ella, en una sofisticada coleta improvisada.
__________ intentó darle a probar su misma medicina. Succionó de nuevo fuerte. De la garganta de Ashton se escapó un ronco gemido. Ella movió su boca, rodeándolo todo, con sus labios. Ashton la acompañó, moviendo las caderas, hundiéndose hasta su garganta, deleitándose en el enorme placer. Y como poco a poco lo iba empapando con su saliva. __________ se apartó. Lo recorrió con su lengua y plantó un cariñoso beso en el glande, enrojecido, como una madura cereza a principios de verano.
Humm… __________ decidió torturarlo un poco. Lo mordió, suavemente. Ashton gimió.
- No ha podido hacer eso. – se quejó. – Oh, eso vale por un castigo… - sonrió, retirándose de su lado, aún más excitado que antes, empalmado, al límite, y con la po.lla reluciente, de la propia saliva de ________.
Se colocó detrás de ella, inclinándose, le volvió a poner las pinzas en los pezones.
_________ apretó los ojos. De nuevo esa dulce sensación de dolor, punzadas que enviaban pequeños suspiros calientes hasta su palpitante sexo. Ashton rozó la entrada de su vagina con su pene, vibrante. La metió, de una plena sacudida.
- Ooohh… - gimió ________. – Si, si, si… - era lo que quería. Pero Ashton no se lo pensaba dar.
Se movió, poquito, rápido, sin salir de ella. Y luego, terminó por sacarla, completamente. ________ gimió, quejándose.
- Perdone, señora mía. – Se levantó. – Iré al baño a hacerme una paja para terminar con esto… - sonrió. – esto le pasa por morderme donde y cuando no debería hacerlo.
__________ quedó con la boca entreabierta, sintiendo como Ashton desaparecía, cumpliendo su palabra. ¿Era tan cabrón de dejarla así? Atada a la cama, con las piernas abiertas y con las ganas que tendría una gata en celo.