Se que en el capitulo anterior puse 1/3, pero ahora es 2 no 3 xd
- Ya voy. – chilló Luke.
- Eso, tu grita más.
Luke negó con la cabeza y fue hacia la entrada de su enorme casa.
- Ashton, es tu madre.
- ¿Trae a los niños?
- Ajá.
Ashton se colocó un pantalón de pijama y fue a la entrada, a encontrarse con Anne.
- Hey, mamá. – le besó la mejilla. Anne le devolvió el beso, pero sus fosas nasales captaron otra cosa.
- Niño, ¿has bebido?
- Eh… - Ashton suspiró. – si… ayer en la despedida de soltero…
Anne le cogió la cara, apretando sus mejillas, de forma que Ashton parecía un pez.- ¿Cuántas veces te he dicho que tienes que controlar el exceso de alcohol? ¿Y tus hermanos? Seguro que están más frescos que una rosa. ¿Y tú? Mírate, el novio, y estás más pálido que la nieve.
- Masdhma… - Anne soltó la cara de Ashton y lo miró mal. – Lo siento. – fue lo único que supo decir Ashton. – Pero ya sabes…
- No, no hay excusas Ashton. – puso los brazos en jarra. Naiara rió, viendo como su abuela metía bronca a su propio padre. Anne terminó por aflojar la expresión de su cara y sonrió, cogiendo a Naiara en brazos. - ¿Quieres que me los lleve? – dijo mirando alternativamente a Nai y a David. –
Ashton observó el vestidito blanco que llevaba Naiara. Realmente estaba hermosa… y le recordaba a ___________. Tanto, tanto… era guapa. Una niña guapísima. Su abuela los había vestido y peinado.
- Mhh… ¿pero qué hora es? – dijo Ashton, buscando algún reloj.
- Ahora mismo…
Las campanadas de la iglesia sonaron. Las doce tocadas.
- ¡Mierda!
- Ashton Irwin, esa boca. – le reprochó su madre.
- Joder. – Anne lo miró mal de nuevo. – es que ¡son las doce!
- ¿No me digas? – dijo ella alzando una ceja. - ¿Y a qué esperas, hombre?
Dentro de media hora debes estar en el altar y no estás ni duchado. Hay que ver, que hijo me ha salido. – rió su madre.- No hace gracia, no hace gracia. – suspiró. – mamá, si me haces el gran favor…
- Tranquilo, yo me ocupo de David y Naiara.
Luke apareció por la puerta. Vestido de traje negro.
- No se preocupe señora Irwin, yo puedo encargarme de los niños, ya estoy arreglado. – miró a Ashton. – no como otros.
- Es que ¡si me hubieras despertado!
- ¿Perdona? Esa es tu obligación. Anda corre, que ahora te quedan veinticinco minutos.
Ashton se metió para dentro, despojándose del pantalón del pijama y de los bóxers, mientras se repetía a si mismo que ___________ le cortaría las pelotas en rodajas como llegara tarde al día más importante de su vida.