Ashton entró en la habitación. Frotándose la cabeza con fuerza, con una toalla, ya algo húmeda por su propio pelo. Solo llevaba puesto el pantalón del pijama. Y sin nada debajo. Creía que era mucho más cómodo. Se encontró con una imagen enternecedora. Naiara estaba tumbada encima de ________, con un libro en las manos. La caperucita roja. Lo ojeaba, giraba las páginas con sus pequeñas manos, mientras que __________, se había quedado dormida.
- Venga, Nai… - susurró Ashton. – vamos a la cama.
La cogió con cuidado, para no despertar a __________ y se la llevó hacia su cuarto.
- Papá, léeme… - le dijo alcanzándole el cuento.
- ¿No te lo leyó ya mamá?
- Sí, pero yo quiero que lo hagas tu ahora. – dijo sentándose en la cama.
- Pero luego te pones a dormir, ¿eh? Que ya es tarde.
Le sonrió, acariciándole el pelo y ella sonrió.
- Pero mamá siempre me hace una trenza antes de ir a dormir. Yo quiero una trenza, si no, no. – dijo mirando a Ashton.
- Eh… bueno, intentaré hacértela yo. – sonrió, cogiendo el libro. – Vamos a ver… - aclaró su voz y empezó a leer.
- No, no lo haces bien. – dijo Naiara haciendo puchero.
- ¿Cómo que no? – Ashton arqueó una ceja.
- Mamá pone voces.
Ashton se quedó pensando. Ahora tenía que poner vocecitas a los personajes.
- Mamá, mamá, voy a casa de la abuelita. – dijo Ashton poniendo una voz aguda. – Pero ten cuidado, mi hija, por aquí vive el lobo feroz… - Naiara se reía. Ashton sonrió a su vez y siguió explicándole el cuento, que su pequeña escuchaba con atención. –
Abuelita, ¿y por qué tienes estos ojos tan grandes?
- Es el lobo, papá, no dejes que se coma a Caperucita. – dijo Naiara poniéndose las manos en la cabeza.
Ashton se rió, y siguió contando el cuento.
- Ahora Ashton va al rescate. – sonrió Naiara.
- ¿Ashton?
- Si, mamá y yo le pusimos tu nombre al cazador. – Naiara hizo una cara graciosa.
- ¿Por qué? – se extrañó Ashton, divertido.
- Porque tú la protegiste a ella, como el cazador a Caperucita. – sonrió, coqueta y siguió mirando, distraída, los dibujos del cuento.
Ashton negó con la cabeza. ________, siempre ________ con sus cosas únicas y inimaginables. Pero ese simple hecho, hizo que recordara el principio de la historia de los dos. Lo mucho que había cambiado, gracias… o a causa de ella. Y todo lo que le había dado, todo lo que la amaba.
- Venga, Nai, para la cama.