__________ apuntó a una de las fileras de las canicas y disparó. Ni una.
- Te quedan cuatro… - la chinchó Ashton, divertido.
- Cállate. – le dijo _________, mirándolo mal. – esta sí.
Volvió a disparar. Esta vez, la canica se balanceó. Pero no le dio de pleno. Así que nada. Ashton dejó a Naiara en el suelo, justo al lado de su madre. Ella observaba des de su altura. Ashton rodeó a ________ por detrás y la colocó en buena posición. Juntó su mano con la suya. Y apoyó su cara, junto a la de _________. Apretó el gatillo, con el dedo de ________ debajo del suyo. La canica amarilla cayó, empotrándose contra la pared de la presión. Ashton abrió el cargamento y metió los dos últimos balines. Pam. PAM. Otras dos canicas cayeron. El taquillero aplaudió.
- Elijan premio. – dijo sonriente.
- ¡Ese! – lo llamó Naiara. – ¡Ese! – señaló uno que parecía ser la gatita de Hello Kitty.
- Toma, pequeña. – le dijo el hombre, dándoselo.
Ashton volvió a cargar a Naiara en sus brazos.
- Gracias. – dijo, dejando el rifle encima del mostrador.
- A ustedes.
___________ se lo había pasado bien. Sentir el cuerpo de Ashton, a todo él, empegados al suyo, la hacía sentir bien. Se sentía segura. Protegida. Había podido esnifar su propia esencia a hombre, una deliciosa, que hacía que se debilitara. Había sentido como sus músculos la rodeaban, juntando sus brazos, con los más finos y blancos de ella. Y la cara de él, junto a la suya. Con esa perfecta boca en forma de corazón. Esos ojos, pequeños, de un color Miel intenso, emotivos, que tanto le habían expresado cuando le hacía el amor.
- ¿Y tú? – le preguntó Ashton.
- ¿Yo qué?
- Ahora eres tú la que parece estar flotando. Tienes una expresión en la cara de ‘tonta feliz’. – él rió. - ¿En qué pensabas tu, ahora, mi vida?
__________ sonrió y le dio un besito. Pequeño, corto, perfecto.
- En ti.