- Lo que haya visto, oído, o pensado la gente de la agencia me importa una mierda. – La miró, sonriendo, y le acarició una mejilla.
- Oh, Ashton. – ella suspiró. Le entraban ganas de llorar de nuevo. Hoy había sido uno de los peores días. – Lo siento…
- No. No lo sientas más. – la levantó y la sentó en la lavadora. Sus grandes manos se posaron en la curvatura de su cintura y le besó el cuello, la cara, los labios.
Los parpados. El torso. __________ reía. Su lengua le hacía cosquillas, y sus labios la hacían sentir mejor, mucho mejor. Le gustaba tenerlo allí, jugar con él. Hacer el amor con él.Ashton se puso en cuclillas. Se aclaró la garganta, y apoyó una de las rodillas al suelo.
Alzó las manos, para coger las de su prometida.- __________ __________. – dijo serio y poniendo un tono más grave de voz.
- ¿Aceptas a este estúpido como esposo, y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y, así, amarle y respetarle todos los días de tu vida?___________ se tapó la boca con una mano. Los ojos se le volvieron a iluminar. Esta vez de felicidad.
- Si, si quiero. – tiró de él para que se levantase y rodeó su cuello con un brazo, acercando su boca a la oreja de él. - Yo, __________ __________, te quiero a ti,
Ashton Irwin, como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida.Ambos rieron. __________ deslizó su boca hasta la de Ashton. Y volvieron a besarse. Él frotó la espalda de ella, levantando poco a poco el jersey. Ashton se retiró un poco.
__________ lo ayudó, levantando los brazos. Él lo deslizó por estos, por su cabeza.
Entonces algo llamó la atención. Un trozo de papel, el cual tenía una capa de papel de celofán, cubría la zona de la ingle, tirando hacia abajo, por el muslo. Ashton desabrochó los pantalones de __________, curioso.- ¿Qué es eso? ¿Te has hecho daño? – preguntó.
- No. – sonrió ella, ladeando la cabeza y acomodándose para que Ashton le pudiera quitar bien los pantalones. Él no tardó en dejarlos al lado de donde, pocos segundos antes, había dejado el jersey. Apartó la tira de la braga.
- No me jodas… - dijo asombrado. - ¿Es lo que pienso que es? – dijo mirándola, antes de apartar el papel, de un tamaño considerable.
- Compruébalo tu mismo. - _________ posó su mano encima de la de Ashton, que sujetaba la punta del trozo de papel. Y tiró de ella, quitando aquello que cubría su piel. Ella siseó, aún le dolía mucho.
Ashton abrió la boca.
- Reina santa ¿Qué has hecho? – Una sonrisa se dibujo en su rostro. No dejaba de ver el tatuaje que, adornando la hermosa piel de su prometida, dejaba señalado una N y A.
- ¿Te gusta?
- Me encanta. – Ashton se inclinó y se lo besó. La veía capaz de muchas cosas.
Pero ¿ella? Ella hacía cosas… cosas como esa, que nunca, nunca jamás, habían hecho por él. Ahora, alguien lo llevaba gravado en su piel. NA. Naiara y Ashton. Una roja como la sangre, otra azul, como el cielo. Y aquel alguien que lo llevaba en la piel, no era un simple alguien. Era su mujer. Suya, suya, suya. Y de nadie más. Suya, por siempre. Suya, para siempre.