~ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ꜱɪᴇᴛᴇ~

251 41 5
                                    

No fue un buen comienzo del día, pero tampoco es tarde para remediarlo ¿verdad?

Permanecí en mi ventana contemplando de la bella vista sorbiendo mi té, además que llevo un buen rato entretenida viendo a Kung Lao y Liu Kang en una lucha amistosa la cual éste último lleva venciendo uh... ya perdí la cuenta.

—Disculpe, espero no interrumpir nada, señorita...

Te diste vuelta tras escuchar la serena voz de uno de los monjes quien lleva consigo una bandeja.

—Oh, no hay problema, pase usted, es más, creo que olvidé que la puerta estaba abierta.

Sonreiste ante su amabilidad, él continuó dejando la bandeja entre tus piernas juntas acomodando lo que contenia, luego hizo una reverencia pasando a retirarse dejandote disfrutar tu desayuno.

Nada mejor que merendar gozando de la buena vista y el sonido de la naturaleza, una vida que todos quisieran tener.

Al cabo de unos minutos te encontraste abrazando tus piernas pensando en aquel sueño que tuviste esta madrugada, aquellas voces y qué podrían significar.

Tus pensamientos se vieron interrumpidos por unos golpes que llamaron a tu puerta, no era tan dificil adivinar de quien podria ser, respondiste con un "Adelante" sin quitar la mirada de la ventana abrazando tus piernas con tu cabeza sobre tus rodillas.

Oyes el sonido de la puerta deslizarse y volviendo a golpear contra el marco seguido de la distintiva voz de Raiden.

—Buenos días S/n ¿crees que puedas prestarme un poco de tu tiempo?

—Claro, si es que un regaño es lo que estoy a punto de recibir.

Respondes con un tono bromista y  bastante sarcástico lo que Raiden no tardó en captar.

—No exactamente ¿por qué debería?

Preguntó el Dios del trueno cruzado de brazos arqueando una ceja.

—Quizás tenga que ver algo que ocurrió esta mañana...

Respondes un poco apenada regresando la mirada nuevamente hacia la ventana, de pronto sientes la presencia de Raiden más cerca, estaba sentado frente a ti, ambos compartieron miradas por breves momentos.

—Ha pasado mucho desde que vi a Kung Lao sonreir de esa manera.

—Es bastante dulce, para ser un guerrero de corazón duro.

Raiden dibujó una sonrisa al oir tus palabras halagadoras hacia el monje shaolin.

—Me alegra que hayas tenido algo que ver con eso.

Su respuesta causó que brotara un ligero rubor rojizo de tus mejillas, antes que se diera cuenta buscas rapidamente una excusa para cambiar de tema, sin embargo, una risa casi entre cerrada se oye del Dios cambiando el tema por ti.

—No todos los dias suele haber un dia así de despejado.

—Tendrías que venir a Edenia, los paisajes allá son para deleitarte completamente, o bueno, así era antes...

Pareces un poco entristecida por ésto ultimo que acabas de decir, recordar lo ocurrido en tu reino solo hizo que la herida en tu corazón volviese abrir. Raiden notó tu bajo estado de ánimo ofreciéndote su mano.

—¿Por qué no me cuentas más mientras te enseño el Templo? No creo que Fujin lo haya hecho aún.

Aceptas su mano de manera gentil, sentiste más armadura que su suave piel, pero no era de esperarse, siempre viste de una forma muy peculiar y es uno de los detalles que más admiras de él.

《Mundos Opuestos》[Raiden x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora