Por fin, nuevamente no hay monos en la costa. Dije mientras caminaba en lo profundo de un bosque no muy lejano a mi hogar, vengo aquí cuando quiero meditar o también cuando deseo un momento de lectura, específicamente los que mi madre solía enseñarme cuando era niña.
Busqué entre la inmensa arboleda una típica mesa de piedra en la cual acuesto mis libros místicos. Antes de comenzar a practicar me aseguré que nadie esté al acecho de mi, después de todo, tengo prohibido el acceso a cualquier tipo de lecturas...
Acosté el libro sobre la mesa, cerré los ojos iniciando una serie de movimientos con ambas manos, volví abrir los ojos, las páginas comenzaron a cambiar drásticamente hasta quedar completamente inmóviles.
Comencé a dictar una serie de palabras, en ese momento, un aura indudablemente rojiza rodeó mi cuerpo, mis ojos brillaron en cada oración dándome una sensación que jamás habia presenciado antes...
¡Aarghhg! ¡¡M-MM-MI CABEZA!!
Experimenté un intenso dolor haciendo que caiga de rodillas, en breve, una ráfaga de eventos pasa por mi mente, gritos de súplicas, el reino de Edenia en ruinas, personas que desconocías de su existencia luchando descontroladamente.
¡¡Nrrghrg!! ¡¡D-Duele m-mucho!!
Aún arrodillada ya no sentias el suelo, comenzaste a levitar aun siendo rodeada por el feroz viento que movía bruscamente los árboles observando una vez más futuros acontecimientos catastófricos.
Finalmente caíste derrotada sobre el frío cesped, te sentiste débil por breves segundos recopilando la cantidad de visiones que pasaron por tu mente.
¿Q...Qué acaba de pasar?
De pronto los árboles comenzaron a estremecerse apareciendo por en medio una especie de portal frente a ti a lo que rápidamente tomas tu libro alejandote del lugar.
Corriste con toda la prisa del mundo para avisar a tu padre, en el camino notas que el cielo comienza a tonarse de un color púrpura intenso algo que nunca habia sucedido antes.
Esto no está pasando... no puede estar pasando... no puede...
"¡¡PAPÁ!! ¡¿DÓNDE ESTAS?!"
Grité desconsoladamente ni bien abrí la puerta buscando por todas partes a mi padre.
En ese momento escuchas unos gruñidos muy cerca de donde estabas, asomaste la cabeza por un lado de las ventanas y notas unos seres repugnantes que en tu vida jamas viste, lo único destacable de ellos eran una cantidad incontable de dientes rodear su enorme mandíbula.
Subes por las escaleras encerrandote en tu habitación buscando un objeto con qué trancar la puerta, en eso escuchas pasos invadir los escalones, lentamente retrocediste.
Ya están aquí...
Sentiste tu corazón latir a mil, tus manos comenzaron a sudar y tu respiración se agitaba en cada golpe que daban a tu puerta.
"¡Carne fresca!"
Habló uno de ellos.
—P-Porfavor n-no me... ¡no me hagan daño!
Tartamudeas.
En un ataque despiadado levantas tus antebrazos en un intento de cubrirte, para tu sorpresa, surgió una especie de energía de las palmas de tus manos arremetiendo contra los repugnantes seres.
Miraste al suelo hacia los mutantes caídos, no dudaste ni un segundo en salir corriendo de allí bajando rápidamente dirigiendote a la salida.
Al salir solo te encontraste con muertes, destrucción, los mismos gritos que sonaban por tu mente pidiendo ayuda, bajas la mirada cubriendo tus ojos mientras todo pasaba por tu alrededor.
Permaneciste pensativa por un momento, pero a pesar que todo se esté derrumbando a tu alrededor no puedes quedarte un segundo más en este lugar.
Te dirigiste lo más rápido al sótano, a pesar de que Edenia en su mayoria del tiempo es un paraíso raras veces ocurrían desastres naturales o en caso de sufrir invasiones tu padre te enseñó a estar siempre un paso adelante, el preparar un maletín que contenga lo necesario, lo suficiente para un par de días.
A pesar de que nunca pensaste que ese dia llegaría no tienes otra opción, quedarte es solo un suicidio.
Que los Dioses antiguos me acompañen.
—Hey Sonya ¿te enteraste lo que pasó en Edenia?
Preguntó Jax sosteniendo su taza de café.
—Lo sé, es una pena, temo que suceda lo mismo aquí.
Responde Sonya quien se halla en uno de los computadores.
—¡Tonterías! Tenemos un gran protector, "Thor" el Dios del trueno.
Jax se hechó a reir a carcajadas, Sonya con falta de paciencia solo lo quedó mirando.
Mientras los labores de las fuerzas especiales se realizan con normalidad, una vibración alertó una de las computadoras.
"¡Comandante! Nos informan sobre un inmigrante de Edenia a unos kilómetros de aquí"
Anunció uno de los cabos.
—¿Edenia, eh? Apuesto todo lo que sea que no están satisfechos con solo tomar ese reino.. Iremos a investigar de inmediato, necesitaré refuerzos.
Una vez dicho, Sonya se levantó de su asiento recargando su arma regresandolo a su cinturón.
Ya en el lugar, un helicóptero transportaba a Sonya junto a Jax mientras unos tanques ya estan preparados en el lugar donde se encontraba aquel inmigrante de la zona, tú.
Logré salir del reino, fue difícil atravesar miles de esos mutantes asquerosos, pero ahora... daría todo por... u-un momento de descanso.
De repente mi atención es captada por las hélices de un helicoptero en camino, por un momento pensé que se irían de mi lado, pero para mi sorpresa, se detuvieron justo a unos pocos metros de mi.
Una soga cae frente a mi seguido de una mujer con gafas oscuras acercandose no de forma para nada amigable con ambas manos sobre su cintura.
—¿Quién eres? ¿Y por qué estás aquí?
Pregunta Sonya en tono de autoridad.
Dejé caer mi maleta aun lado para responder con tranquilidad.
—Provengo de Edenia, el reino fue invadido, tuve suerte en escapar... realmente no quiero causar problemas, pero necesito su ayuda ...urgente.
Sonya te observa de pies a cabeza asintiendo, hace una señal al helicóptero para aterrizar mientras tomas nuevamente tu maleta alejandote unos metros.
~Fin del Capitulo~
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《Mundos Opuestos》[Raiden x Lectora]
Hayran KurguHace muchos años, existió una mujer bibliotecaria proveniente de Edenia, guardiana de textos antiguos y místicos. Aquella mujer se enamoró de un guerrero de la Tierra, ambos tuvieron una hija que a una temprana edad tenia una increíble pasión por la...