Birra caliente

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Terminamos de cenar.

Está muy serio.

-Hey, bobo -vuelvo de lavarme las manos. Me siento y me pegó a él para abrazarlo.

-Debería echarte a la calle por irrespetuosa -dice con seriedad esta vez fingida-.

Me empuja para que caiga de espaldas en el sofá y se recuesta encima de mí.
Nos reímos los dos y rodeo su cuello con mis brazos.

-Ya no me jodas con eso, ¿de acuerdo? -me dice acariciándome el rostro, el suyo muy cerca del mío.

-Mmmh, no puedo prometerte nada -sonrío con malicia.

-Tonta -aprieta su cuerpo contra el mío haciéndome soltar un leve gemido involuntario; al notarlo, se muerde el labio.

Nos quedamos unos segundos mirándonos y sonreímos al mismo tiempo.
El baja su mirada y apoya su cabeza en mi pecho, y le acaricio el pelo y la cara.

-¿Te acuerdas de cuando dormíamos así? -sonríe, cierra los ojos y respira hondo.

-Sí -le beso la frente-. Que te gustaba usar mis tetas de almohada.

-Mmmhh, ¿por qué hablas en pasado? -dice con una voz sexy y sonríe-. No lo hagas -acaricia mi barbilla con un par de dedos.

-Idiota -ruedo los ojos.

El vuelve a reír y se incorpora un poco para que su rostro quede a la altura del mío y vuelve a acariciarlo.

-¡No tiene nada de malo!

Me quedo mirándolo en silencio, todo su rostro. Es tan hermoso.

-Qué hermosa boca tenés, hijo de puta... -susurro y me paso la lengua por los labios.

-¿Qué? -se aleja un poco sorprendido.

"¡Mierda, creí que solo lo había pensado!".

-¿Qué? No, nada -río-. Las estupideces de siempre, bobo -lo beso en la frente.

-Algún día, boba... -acerca su cara a la mía-. Algún día, te voy a... -roza su nariz contra la mía mientras mira mis labios y pone su mano en mi pierna.

-¿A qué? -trato de mantener la calma, es un idiota. Se me acelera el corazón.

Sonríe con malicia y suspira.

-Nada. Las estupideces de siempre, boba -se ríe y se aleja un poco.

-Seguro. Solo estupideces puedo esperar de vos -pongo los ojos en blanco.

-No te enojes, bonita. Algún día... -me guiña un ojo.

-Idiota.

-Sí, pero me amas... y no pierdas tiempo negándolo -ríe-. Oye, ¿te traigo otra cerveza?

-¡No voy a negarlo! Y sí, ok, traeme otra.

Va a la cocina y vuelve con dos bebidas.

-Aquí tienes, guapa.

-Gracias, bomboncito. Che, ¿Puedo llevar mi valija a la habitación? Así ya la dejo ahí y acomodo un par de cosas que necesito?

-Sí, tonta, haz lo que quieras. Estás en tu casa -sonríe y toma mi maleta-. Yo la llevo.

-Ok, ya que estamos, me podrías hacer un house tour también ¿no?

-¿Hablas en serio? Ya recorriste casi todo tú. Creo que solo te quedan las habitaciones, y la de huéspedes está totalmente vacía. Puedes guardar tus cosas en la mía por ahora, hasta que te acomodes.

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