A dormir: Ken

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Salgo del baño relajada por fin y cuando voy a la sala, lo veo a él, todo hermoso, ordenando el mini desastre de botellas que dejamos en la sala. No tomamos tanto tampoco.

-¡Ay, tonto, me hubieses esperado y te ayudaba!

-No hace falta, cariño. Ya termino. Y que conste que solo no te dejo hacer nada porque recién llegas -ríe-. En la mañana se acaba tu trato de reina, ya lo sabes.

-¡Maldita sea, Carlos!

-Boba. Ve a la cama si quieres. Estaré contigo en cinco minutos -vuelve a hablar con su voz dulce acompañada de esa sonrisa hermosa.

-Ok -sonrío-. Te veo en un ratito -le tiro un beso en el aire y me voy a acostar.

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Entro a la habitación y cierro la persiana que estaba abierta, pero no del todo; la dejo por la mitad para que entre algo de luz. Si Tri no está de acuerdo, puede cerrarla luego.
Antes de ir a la cama, voy hasta mi maleta, que quedó en un rincón, y saco la ropa que voy a ponerme al día siguiente y mi laptop para empezar a trabajar cuando me levante; no vine de vacaciones.

Apago la luz y prendo la de la mesita de noche. Destiendo la cama y me siento en ella para quitarme las zapatillas y los pantalones y luego de eso, me acuesto. Así, en calzones y en mi remera de tiritas. No me gustan los pijamas. Jamás me gustaron.

Su cama huele a él, tiene su perfume. Respiro hondo y sonrío.
Tomo mi celular y me pongo a revisar un poco las redes, a ver que hay de nuevo, para matar el tiempo hasta que venga Tri a la cama.

Él llega unos minutos después, sonriendo.

-Hola -dejo mi teléfono en la medita de noche y le sonrío de vuelta.

-Hola -responde en voz baja.

-Cerré un poco la persiana para... -no puedo terminar la frase porque al mirarlo, veo que se está sacando su camiseta y me hace olvidar.

-Ah, está bien -dice el, tranquilo, sin percatarse de que estoy mirándolo embobada- Hey, cariño -se sienta en la cama-, ¿estás bien?

-¿Estuviste entrenando? -se me escapa en un hilo de voz.

Realmente no quería decirle eso. ¡Qué vergüenza! ¡Pero es que no estaba así la última vez que lo vi! ¡Sus abdominales están terribles! Y ese tatuaje en su pecho lo hace ver tan sexy. No puedo sacarles los ojos de encima.

Suelta una carcajada y vuelve a ponerse de pie para sacarse los pantalones

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Suelta una carcajada y vuelve a ponerse de pie para sacarse los pantalones. Un calor sofocante me recorre el cuerpo, y creo que me puse roja; si es así, espero que no lo note.

-Sí, algo -dice tranquilo mientras se baja los pantalones.

Desvío la mirada. Ya tuve suficiente con sus abdominales de Ken perfecto. Basta.

Se sienta en la cama para quitarse las zapatillas también y luego termina de desvestirse hasta quedar solo en boxers.

-¿Se me nota? -pregunta mientras hace a un lado las sábanas para meterse en la cama.

-S-Sí -balbuceo.

*Narra Tri*

No puedo evitar reírme con su cara de tonta mientras me meto en la cama. Adoro cuando se pone así, especialmente si yo soy el culpable.
Está recostada sobre su lado, así que me acuesto sobre el mío, para poder mirarla. Se ve tan guapa y huele tan rico; me siento algo extraño.
Paso mi mano por su rostro para correrle el cabello y acariciarla.

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