No puedo, me voy.

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*NARRA ____*

Nuestra semana transcurrió muy bien, tranquila.
Dani es genial, me cae súper bien, por lo que la convivencia con él se hace bastante llevadera. Es amable, dulce, gracioso y muy atractivo. Y, de verdad, a veces es súper tímido; eso lo hace aún más lindo.

Cada uno tiene su espacio para trabajar. Tri y yo solemos trabajar en la sala, donde él tiene su computadora y dónde yo llevo la mía. Así aprovechamos también a pasar más tiempo juntos; él está algo más mimoso de lo normal. Dani, por su parte, se armó un estudio de grabación provisorio en la habitación en la que duerme con una laptop y una cámara extra que Tri le prestó.

SÁBADO

Como ahora somos tres, la provisiones se nos acaban más rápido, por lo que en la tarde, Tri y yo vamos al súper mientras el vago de Dani se queda durmiendo la siesta.

-Llevemos estas -le digo a Tri poniendo un par de cajas de pizza congelada en el carrito.

-No jodas -ríe el-, no cargues porquerías.

-¡Si te encantan! -agrego más cajas al carrito.

-Ya no me gustan...

-Pppf, ¿desde cuándo?

-Desde hace rato -murmura.

-Ay... -río mientras lo abrazo de costado-, las comiste conmigo estos últimos días. ¿Seguís dolido porque le hice caso a Dani con eso de la cena el otro dia y eso lastimó tu orgullo de macho alfa? -río

-Cállate -rueda los ojos-. Es chatarra...

-Vos también me hiciste pizza de caja el día que llegué -le reclamo apoyando la cabeza en su hombro mientras seguimos caminando con el carrito.

-¡Era una situación particular! -se queja.

-Bueno, esta también lo era -le contesto.

Tri suelta un bufido y alza una ceja.

-Es regla -río de nuevo para molestarlo-, en casa de TriLine se recibe a las visitas con pizzas congeladas y sin ganas de cocinar.

-¡Callate!

Buscamos el resto de las cosas que hacen falta, entre ellas cervezas (no, no somos unos borrachos), chocolates, dulces y diferentes tipos de chatarra. Pagamos y nos vamos a casa, en donde encontramos a Dani ya despierto preparando café para los tres.

-¡Ah, pero qué genio que sos, Dani! -exclamo sonriendo cuando él me alcanza una taza de café con una mano y con la otra toma las bolsas del super que estoy sosteniendo.

Ruborizado, suelta una risita. ¡Qué lindo que es!

-No es nada -dice por lo bajo.

-¿Me ayudas, Dani? -pregunta Tri, tirándole con una de las bolsas y riendo.

-¡Joder, TriLine! -ríe Dani, logrando apenas agarrar la bolsa. Al hacerlo, se caen un par de chocolates de ella.

-¡Casi! ¿Ves? No eres tan genio... -agrega Tri. Mete en el refrigerador las cosas que necesitan frío y deja el resto de las cosas en un rincón. Luego, toma una taza de la encimera.

-Cabrón... -susurra su hermano aún riendo.

-Ven, vamos a sentarnos -me dice Tri tomándome de la cintura y guiándome junto con él a la sala, cada uno con su café.

-¡Vení, Dani! -giro la cabeza para mirar a 8cho, que nos observa desde la cocina-. No te preocupes, terminamos el café y después ordenamos todo -sonrío-. Vení.

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