Capítulo 2: Regreso

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PDV de Sesshomaru

Sobrevuelo el cielo con Jaken detrás cabalgando sobre Ah-Un. Noto el aroma de las cenizas de una aldea a varios kilómetros, y prosigo dirigiéndome a la aldea en la que vive mi hermano, en la que vive la anciana Kaede... En dónde dejé y vi por última vez a Rin. Es cierto que el primer año y medio seguí visitando la aldea, pero no tardé en hablar con Kaede al respecto.

Lo recuerdo como si fuera ayer.

- No es bueno que sigas acudiendo aquí. Lo único que vas a hacer es condicionar la capacidad de elección de Rin dentro de unos años.

- ... -miro a Jaken indeciso y observo a la pequeña fuera, correr detrás de otra niña del pueblo.-  Pretendes decir, que es mejor que hasta la edad en la que decida escoger si quedarse o irse del lugar, ¿me aleje por completo de ella? -me cuesta reproducir mis palabra, titubeo.

- Sí. -su mirada posee una mezcla de firmeza y pena al mismo tiempo, sabe que ese peso será grande para Rin, y que la niña al principio no lo entenderá. Se sentirá abandonada.- Es lo conveniente, Seshomaru.

- Mi señor... -sé que Jaken quiere objetar, él siempre ha reflejado gran parte de lo que yo no me atrevo a admitir. 

- ... -Sin embargo lo callo con un solo gesto de mi mano, miro a Kaede y me levanto.- Voy hablar con ella entonces.

- Espera. -se levanta a la vez y me mira bien.-Y o pronto, la enviaré a otra aldea, ella no tiene por qué saber que no regresas los siguientes años, ella puede pensar que es todo cosa mía. Dentro de 5 o 6 años regresarás, y me preguntarás por su paradero. No la busques por tu olfato antes. Nunca. Jamás. -inspira hondo.- Volverás y te indicaré dónde localizarla, te lo prometo.

-Bien. -respondo asintiendo y miro hacia la ventana.- Pero eso no quita que hoy, antes de irme, vaya a estar con ella por última vez.

- Que no se note que es la última vez. -añade con una leve sonrisa.

- ¿Por qué se iba a notar?

Ella sonríe de una forma que me inquieta.- No sé. Tal vez por...-no acaba la frase y marcha a la habitación trasera, dejándome con la libertad de acudir dónde Rin. Miro a Jaken y por alguna razón sé que se notará. Lo presiento.

- Ve a dónde Rin a decirle que nos tenemos que marchar ya, que ya estaremos. -acabo indicándole, antes de irme del lugar por dónde no me cruce con la pequeña. Hace media hora estaba con ella, no tiene por qué notar rareza alguna en la despedida que Jaken va a formular.

Una parte de mi siente que hizo mal aquel día en no despedirme por mi mismo, pero es algo que ya no podemos cambiar. 

Llegamos al lugar, y por alguna razón, no busco directamente a Kaede. En su lugar, me detengo en una casa, en cuya entrada juegan dos mellizos de pelo blanco de unos 4 años y una niña de 3 añitos con el pelo y rostros de Kagome. Sin duda alguna mis endemoniados sobrinos.

- Jaken, si quieres, mientras acudo a hablar con Kaede entra ahí.

- Pero... -él se calla, en seguida entiende que no voy a tener la capacidad de hacer de tío o de saludar verdaderamente a Inuyasha y Kagome, pero que le encargo la labor a él.- De acuerdo mi señor.

Suspiro y sigo mi camino ignorando la casa en la que Miroku y Sango hicieron su vida. Tienen dos gemelas de unos 7 años, y un niño de tres. "A esos ni me molesto en mandar a Jaken a saludar" pienso. Cuando llego a mi destino toco la puerta de Kaede y sin esperar respuesta, entro a su hogar. Por alguna razón, impacientado.

- He regresado Kaede, y no tengo ganas de quedarme mucho en esta aldea. Quiero la información que vengo a buscar - ella lo comprende, sabe que aunque finja Rin me importa y siempre he esperado que su elección no sean los humanos. Por mucho que ella huela como uno es diferente, se volvió salvaje creo que desde el momento en el que Tenseiga la revivió. Incluso el hecho de ser una 'doble' muerta, de haber revivido dos veces, la hace más inhumana.- así que...

No me gusta la cara con la que me observa cuando se gira, enciende varias velas antes de sentarse en la posición de siempre y mirarme con firmeza.

- No sé si lo que voy a contarte te va a gustar Sesshomaru.

- ... -sé que el mero hecho de decirme eso de esa manera y con esas palabras, YA no me gusta absolutamente para nada, me empiezo a inquietar pero decido no reflejarlo.- ...prosigue.

- Pero... -hace unas cosas con unas ramas, mientras habla.- no me queda otra que decírtelo.-me vuelve a mirar.

- Bien.

- A Rin la mandé a un lugar, que no te va a gustar. Quería ver si su destino eran los humanos o los demonios, llevándola a Nöritan. ¿Conoces ese lugar?

Sólo oír el nombre de la aldea me hace querer decapitarla con mis propias manos, o incluso desollarla, pero resisto las ganas de hacerlo respondiendo.- Sí.

- Allí, se hizo íntima de la Sacerdotisa Etsuko y... en una ocasión, al año de haberla enviado allí, se alejaron del área protegida por la línea Celestial.

La historia avanza y ya sé lo que me va a contar. No quiero escucharlo pero sigo estático y esperando que la trama acabe con un desenlace del tipo "su amiga murió en manos de un demonio y ahora si te acercas a ella te aborrecerá más que a nadie", deseo con toda el alma que no oso tener, que diga eso y no lo inevitable.

- Ella... Etsuko sobrevivió pero ella, -dice mientras se le empieza a resquebrajar la voz- ella está muerta Sesshomaru. Murió con 13 años de edad. No ha visto florecer nada desde aquella fatídica tarde y no ha alcanzado los 17 años que ahora debería de haber cumplido. Ella... yo, de verdad lo siento pero, -desliza la vista- ya no está. Lo lamento muchísimo, siento haber cometido el error de enviarla allí, si tan solo la hubiera enviado a cualquier otro lugar, ahora...

Ella no lo sabe. No sabe lo que pienso. Una parte la quiere matar, la otra, la otra sabe que igual en otro lugar también hubiese muerto. Y no sólo eso, si yo le llego a prohibir a Kaede hacer lo que planeaba, Rin podría haberse quedado aquí, aún a riesgo de que me odiase por abandonarla, y no toda esa falsa realidad en la que ella no iba a saber que me alejaba de ella por mi propia cuenta.

Si yo hubiese dado la cara aún a riesgo de que me odiase, 

ESTARÍA VIVA.

Mi elección mi propia elección podría haberla mantenido sana y salva, y ES POR ESO que no mato a Kaede. Es por eso que me levanto y salgo del lugar cerrando la puerta con suficiente fuerza como para casi quebrarla. Es por eso que grito el nombre de Jaken frente a la casa de Inuyasha y Kagome, lo agarro y me lo llevo conmigo con toda la rabia del mundo, dejando asustados a mis sobrinos y sorprendidos a mi hermano y su esposa.

Y sobre todo, es por eso que ahora mismo estoy lejos de Jaken y Ah-Un, haciendo lo inimaginable:

Llorando.

El asesinato del Pequeño Conejo (Sesshomaru y Rin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora