Capítulo 12: Recuerdos (Parte 2)

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PDV de Sesshomaru

Observo a Etsuko dormir y es hora de que el alba llegue. Me levanto y camino indeciso, mirando a Jaken y a ella. Empiezo a no estar seguro si hice bien en traerlos, al menos a ella. Es humana, y Rin es la primera que no querría más muertes. No sé qué pueda pasarle si acude conmigo hasta el encuentro con ese asesino.

A veces me dan ganas de salir de allí y dejarlos. Desaparecer como hacía con Jaken y Rin y volver acabada mi misión. Encontrar a ambos esperando. Rin...

"En el viento~ En mis sueños~ ¿Señor Sesshomaru dónde estás?"

Aviso a Jaken de que prepare todo y suba a lomos de Ah-Un. Irme con Jaken y Ah-Un sería la otra opción. Pero si nunca dejé sola a Rin no voy a dejar tirada y abandonada, sola, a su amiga. Ella despierta, abre los ojos lentamente y el sol le pega e la cara. Lo noto no solo por la luz en su rostro, sino porque entrecierra los ojos. No dudo en limitarme a hacer un gesto, que indica que nos ponemos en marcha, y eso hacemos.

Nos sigue esperando largo camino, hasta cruzar los bosques, y atravesar la montaña. Y por ahora tengo claro y decidido que lo haremos andando. Es menos peligroso, y no estoy con muchas ganas de ponerme a proteger humanos.

Tengo atrás a Jaken, subido a lomos de Ah-Un. Y poco detrás escucho las pisadas de esa humana. Su olor es igual todos los días, pero algo raro. La herida de ella, ya no se queja, pero estos días se notaba el olor de su sangre, algún arañazo tendrá. O esa herida está mínimamente abierta. Incluso ahora la huelo. Eso sí que es chocante. Ese es el aroma que deja algo raro en su olor. Cada día huele un poco más diferente su sangre. Se nota un toque artificial que va desapareciendo. Supongo que no tendré que darle importancia. Jaken me lo mencionó. Lo de aquellas algas.

- ... -no puede ser.- Vaya... -susurro para mi de manera que no me escuche el resto.

Es un sendero abierto, un claro inmenso entre los bosques sí. Pero lo que más me llama la atención del lugar son unas tumbas. Me acerco a ellas y me inclino un mínimo ante una en concreto.

"Amo Sesshomaru..."

La observo bien, y se me hace un nudo en la garganta. Se supone que solo los humanos y los débiles tienen esta clase de sentimientos y síntomas. ¿Por qué yo?

"Algún día, cuando yo muera..."

Es esta tumba. La misma tumba que señalaba con su pequeño dedo, la misma que miro con una sonrisa triste pero esperanzada.

"¿Podría prometerme que no se olvidará de mi?"

Una voz me distrae por completo.- Oye, am... Maru. -casi dice amo. Sin duda alguna.- ¿No cree que de detenernos debería ser bosque adentro o dónde menos se nos pudiera ver?

Cojo el aire necesario para no mostrar ninguna debilidad, y con la mirada con la que procuro mirarla en todo momento, la miro.- No seas tonta, no vamos a parar aquí. -se limita a indicar. No seas tonta, qué cosas, mis propias palabras me traicionan. Acabo de recordar, y he dicho lo mismo que dije en aquella ocasión. Que no sea tonta.

Aún me choca que en aquella ocasión Rin preguntase aquello. Incluso parte de mi piensa ¿dudaba de que fuese a dejarla "atrás"? ¿Como se olvida a quién pone luz en tu vida? Es algo difícil, bastante complejo la verdad. Ella brillaba. Si cuido de Etsuko es por ella, claramente a pesar del parecido, no voy a caer. Rin es insustituible.

Me quedo unos instantes, de vuelta frente a la tumba. Y por alguna razón pienso en ella como si se tratase de la tumba de Rin. Jaken y Etsuko están distraidos y arranco unas flores de la hierba, las dejo delante de la tumba y me incorporo del todo.

El asesinato del Pequeño Conejo (Sesshomaru y Rin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora