Capítulo 17: El precio de la Venganza

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PDV de Rin

Han pasado dos días y medio. Y jamás me he sentido más sola. Estoy estática sentada en un rincón, esperando al amo Sesshomaru. Pero gran parte de mi sabe que es una espera en vano.

Este es sin duda el precio que he de pagar por querer vengarme, por egoísta. Él me dijo el otro día, que cuando quedé sin vida por segunda vez, no le parecía que mejorar a Tenseiga valiese tanto como mi vida. Esto, sin duda, es lo mismo. Lo siento Etsuko... vengarte, nunca debería haber valido esto. Y menos si la venganza no se ha cumplido, y le he perdido a él.

- ¡Eh! Etsuko~ -es la voz de Jaken- Tienes que comer algo, aún no has comido y ni siquiera sé si has dormido- ¿Entonces como sabe que no he comido cuando él dormía?

- Déjame. -murmuro con dificultad. La verdad, es que a penas hablo tampoco desde ese día. Empiezo a convertirme en la Rin que murió en manos de los lobos. Tal vez deje de hablar por un tiempo si realmente mi amo ha muerto. Creo que, si eso resulta ser así, si realmente no vuelve a aparecer... me sentiré culpable el resto de mis días.

Jaken se acerca y trae en una hoja algo de comida, la deja a mi lado y no puedo evitar sonreír tristemente viendo el suceso. Sin duda, se han cambiado las tornas. Recuerdo cuando era yo la que acercaba alimentos al que acabaría siendo su amo. La diferencia es que él se recuperaba de igual forma, y yo... yo puede que muera de hambre.

- No tengo hambre Jaken -mentira. Simplemente se me han quitado las ganas de todo- Llévatelo anda.

- Pero...

También recuerdo la vez que Jaken enfermó, fue por culpa de que yo quisiese ir a comer y el señor Sesshomaru se había ido. Sin duda me esforcé por sanarlo, yo sola, aún sabiendo que solo era una carga. Cuando caí con la rama en mis manos y perdí la consciencia, no me hubiese importado morir. Me bastaba con que le llegasen las ramas a tiempo, me daba igual si era conmigo viva o muerta, pero entonces el amo llegó y me recogió a tiempo; me pregunto en aquel entonces hasta que punto le hubiese importado llegar conmigo muerta en el suelo.

- De verdad. No es necesario. -murmuro- Cuando se abra el estómago... -puede que nunca- Comeré. ¿Vale?

Me mira indeciso- Cómo veas -musita- Pero eres humana y no resistirás si no lo haces.

- Sé como funciona el cuerpo de un humano, no hace falta que me lo digas -bufo.



Pasan segundos, minutos, horas... y ha anochecido. Miro entristecida la luna menguar y me digo a mí misma... "Le esperaré. Le esperaré hasta que no haya luna. Y si no vuelve...".

Las lágrimas inundan una vez más mis ojos, Jaken duerme y me siento muy sola. Muy pero que muy sola. Vacía.

- En el viento... -murmuro melodiosa con dificultad- en mis sueños.-Señor Sesshomaru ¿dónde estás? -cada vez mi voz se escucha menos- Con el fiel Jaken, siempre yo os seguiré~

No encuentro mi voz. Se ha apagado. "Esperaré pacientemente aquí sola a que el Señor Sesshomaru vuelva~

No puedo hablar. 

No puedo casi ni llorar. 

Es tarde, muy tarde, y ni siquiera soy capaz de dormir.

Amo. Amo Sesshomaru. Yo también lo necesito a usted, y no está.

La noche es larga. Y su oscuridad densa como el recuerdo de lo que consumió a Sesshomaru. Me siento débil y hambrienta pero no me apetece moverme siquiera. Miro el cielo y me pongo a contar estrellas. ¿Cuantas estrellas dan tiempo a contar en toda una noche? No lo sé. Perdí la cuenta en 363. Supongo que puedo contar tantas estrellas como segundos pasan hasta que amanezca. O hasta que me muera de la tristeza.

El sol vuelve a brillar y mis ojos se entrecierran, me hace daño a la vista. Creo que empiezo a coger asco a la luz. Siento que de noche está más cerca de aparecer mi amo, saliendo de las penumbras. Tal y como desapareció, pero de regreso.

- Etsuko. -murmura Jaken- aún tienes la comida allí. Por si... por si quieres.

- No seas pesado. -la verdad, siento contestarle así, se está preocupando tanto. Me duele la garganta al hablar, lo he forzado. Que difícil es. Entreabro un ojo- Si encuentras un buen asado de lagarto dragoniano, lo como, ¿vale? -le digo para darle esperanzas antes de volverme a callar, porque me cuesta una barbarie desprender las palabras. Aunque más que esperanzas, es un ríndete; porque en las tierras en las que estamos por mucho que se acerque a la riada no encontrará ninguno.

- ... -me mira mal, sabe que no encontrará. Pero en lugar de decirme que no es estúpido, asiente con la cabeza- Pienso traerle no uno, sino muchos. Y se recuperará. ¡Y nuestro amo volverá! -dice rápidamente y coge su bastón. Sale corriendo de allí- ¡Solo espera aquí!

Miro sorprendida como se aleja. Se ha subido a Ah-Un y han echado a volar. ¿Por qué lo hace? Es sorprendente.

"Jaken..."-pienso.

Es entonces cuando escucho las pisadas, caminando con dificultad pero algo firmes. Vienen del lado en el que nace el sol y enfoco la vista aunque no vea bien. Los destellos cubren mi vista, y poso la mano desde mi frente intentando cubrirme de ellos.

Pronto, se forma una silueta, y cuanto más definida es más me doy cuenta. Es él. Es mi amo. Ha vuelto. Ha escuchado mi canción.

- A... -no me sale. La voz no me sale, me he quedado demasiado sorprendida, y encima intento desprender la voz más alto de lo que me he habituado estos días cuando he llegado a responder a Jaken.

Me levanto con dificultad- ¡A...h! -no puedo gritar, simplemente niego para mi, y echo a llorar. Empiezo a correr hacia él- ¡Am...h...!.-justo en el instante que puedo verle porque es más alto que yo, y los rayos de sol no chocan de pleno en mis ojos, logro decir su nombre.

- Amo Sesshomaru... -no lo grito. No puedo. Me duele. Sin pedirle permiso le estoy abrazando con fuerza, cruzando mis brazos sobre su espalda, apretándome contra él- Lo siento. Lo siento yo... -lloro una y otra vez. He dicho su nombre. Puede pensar que Jaken me lo ha dicho en su ausencia. Pero mi reacción dice mucho más. Mis disculpas, muestran culpabilidad.

Él ahora lo sabe.

Sabe quién soy.

Yo soy Rin.

Lo percibe. Yo sé que lo entiende.

Simplemente no porque sea lo obvio, sino porque noto como sus dedos se hunden en mi cabello, y noto su otra mano presionada sobre mi espalda y tan siquiera responde con una sola palabra:

- Rin.

El asesinato del Pequeño Conejo (Sesshomaru y Rin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora