Capítulo 21: Para que la historia termine

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PDV de Rin

Hacía una hora que Sesshomaru había partido, yo me había quedado completamente estática imaginando un sin fin de desenlaces de lo que iba a suceder a continuación.

Recuerdo el hedor de la aldea a las a fueras de Nöritan, la humareda, aún creo que llegué a oír gritos dos noches antes de que todo se volviera tan negruzco, quizás imaginaciones mías. Lo único que puedo vislumbrar pensando en esas cenizas volando es en el resultado que va a obtener "mi aldea". Esa aldea que tanto me ha odiado, pero que solo se amar porque comprendo que el miedo y el desconocimiento hace a la gente equivocarse, y se que en el fondo "madre" me quería a su manera, que solo echaba en falta a Etsuko. Y es la aldea y el recuerdo de MI amiga. No puedo evitar querer mantenerles a salvo.

- Jaken -murmuro instintivamente- ¿Qué va a hacer Sesshomaru?

Él me mira incrédulo pero decide optar por la respuesta más sensata- No lo sé pequeña Rin, de verdad que n...

- JAKEN! -le corto la insistencia- usted le conoce muy bien, mejor que yo seguramente, dígame que no va a arrasar la aldea, por favor.

En realidad me duele pensar así, muchísimo además, porque si me equivoco y él no pretende hacer nada tan horrible, significa que le considero un monstruo. Pero una parte de mi, teme que algún aldeano o alguien cometa el error de retarlo o enfadarlo, entonces no sé que sería capaz de hacer él.

- El amo la...la aprecia señorita, no creo que vaya a hacer algo tan grave sin su consentimiento -responde con algo de duda.

- ¿Y si alguien lo confronta? -insisto- ¿De verdad lo piensas?

- Rin, lo único que puedes hacer es dormir y esperar.-concluye Jaken y apoya su cabecita en el árbol. Suspiro y sigo dándole vueltas a mi cabeza.

Pasan otro par de horas y sigo cada vez más inquieta, tengo los ojos cerrados recostada en Ah-un, entonces asimilo todo lo que me dijo de quién era el verdadero culpable. "Meikai-Naru" pienso para mi una y otra y otra vez y de golpe abro los ojos.

- No va a ayudarme en la venganza... -murmuro muy bajo, inaudible, asimilando como ha cambiado de bando la culpabilidad. Se me escapa una lágrima.

"¿Quién engaña a quién Sessh?"

Me llevo la mano a la boca y me aguanto el sentirme mal, me muerdo el labio con fuerza hasta el punto de rasgármelo y miro en dirección de Jaken. Él duerme, duerme plácidamente por unos instantes así que es mi oportunidad.

"Ahora o nunca..."

Cojo mi bolsita y unas bayas que habíamos recolectado así como mi arco y mis flechas, y desaparezco sigilosamente de allí. Él duerme, y no se trata de Sesshomaru que se percataría en unsolo instante, y Ah-un siempre ha dejado que yo haga lo que me de la real gana, así que en poco rato me he alejado lo suficiente como para acelerar el paso y echar a correr.

No en dirección de Nöritan, sino en dirección a los terrenos del mismísimo demonio, allá donde vi desaparecer la silueta de Meikai-naru.

Sesshomaru no pudo acabar con él, pero yo, juro que lo haré.



No es hasta el amanecer que llego, pero al menos, debido a que Sesshomaru se había ido volando a Nöritan, alejándolo suficiente tiempo y que nuestra zona de descanso había sido no muy lejos de la batalla con la oscuridad, todo había jugado a mi favor. Además, usé algunas algas mezcladas con unas hiervas de aroma realmente intenso y afectivo en demonios, para si Sessh volvía con Jaken antes de que yo hubiera avanzado suficiente, no fuese perceptible.

Y aquí estoy, en lo alto de un acantilado considerado "el fin de los tiempos" por algunos demonios, debido al poder que posee Meikai-naru. Aún me sorprende que Sesshomaru sobreviviese sin haberlo logrado matar. También me sobrepasa que se haya alejado de su guarida habitual, pero eso es porque está débil, y ese es el punto a mi favor. Este acantilado guarda la energía demoníaca que lo mantiene tan poderoso, se dice que hay un mineral entre todas estas rocas que es mera oscuridad.

- ¡Mikai-Naru! ¡Sal de donde estés! -grito decidida desde lo alto y, para mi sorpresa, oigo un rujido de regreso de inmediato. Eso no me lo esperaba.

- Sacerdotisa Etsuko... -es un murmuro, pero como si fuese un murmuro desde los cielos o el viento, una voz descomunal murmurando- Cuanto tiempo...

- ¿Aún a estas alturas me confundes querido demonio? -cierto es que ahora mismo tampoco oleré a Rin, con la semejante combinación de olores que he rejuntado, pero tampoco huelo como los últimos 5 años- ¿Tan iluso eres?

Los sonidos se entremezclan, ya no se si habla desde las alturas o desde las profundidades y hay movimientos sísmicos que me perturban. Quizás no debería burlarme.

- Hmmm... entonces sí que era cierto, hace tiempo que podía destruir Nöritan -algo empieza a asomarse desde las olas que rompen bajo el acantilado- Y osaste engañarme... -su voz empieza a elevarse más y más alto, ya no son murmullos y está enfadado.

- ¡Yo soy...! -un inmenso remolino sale del agua disparado hasta el punto de tenerlo ante mi, cortando mis palabras.

- RIN. -lo sabe, pero lo sabe con tanta certeza que alguna vez se lo tuvo que cuestionar en el pasado. Pero sin duda, lo engañé, lo engañé muy bien- Tú te atreviste a confrontarme con manipulación y engaño y ahora lo único que percibirás no será ni el rango de heroína, ni gloria ni alabanzas. Morirás aquí, hoy mismo. -muestra su rostro de bestia entre las aguas- y si por algún hermoso casual has heredado realmente los poderes de sacerdotisa los absorberé, y ya nunca más la aldea podrá obtener nada similar. Y lo siguiente, será... ¡destruir la aldea y alimentarme de las tumbas de los antiguos ancestros!

No me había dado cuenta, pero, cuando mató a Etsuko intentó hacer algo sin éxito, creo recordar. Debido a que me golpeé no me enteré, pero ahora deduzco que quiso su energía ancestral, pero ella a penas la estaba despertando y probablemente la mayoría seguía en el templo y en el árbol sagrado. Si yo ahora realmente logré despertarla en mi, quizás, si fracaso sea el fin de todo lo que conocemos. No regresaría a su fuente, nadie podría obtenerlo... y aunque pudiese evitar la absorción no se siquiera si tendrían protección alguna como para que no fuese hasta allí y arrasara con todo logrando igualmente su verdadero objetivo: ¡los ancestros en sus tumbas!

- ¡No lo permitiré!-grito al unísono, cargando una flecha y disparándosela con toda la energía que puedo cargar en solo un instante. La cual es mayor de la que esperaba y la penetro en el remolino, sintiendo uno de sus puntos flacos.

- Jamás... -gruñe, le he hecho daño, algo de daño por lo menos y ha flaqueado pero su voz sigue firme y empiezo a pensar que tuve una mala idea- Vas a ser mía.

Esa frase no me gusta, ¿suya? Por un instante me viene Sesshomaru a la cabeza, no soy propiedad de nadie pero si alguien dijese que soy suya solo podría decirlo él. Noto distintas energías y noto un latigazo invisible, de repente solo noto nublada la vista, escupo sangre y voy a caer al vacío.

- ¡No! -no lo puedo permitir, así no- Etsuko, yo... -se me quiebra la voz porque empiezo a perder el conocimiento, no se si caigo floto o qué sucede sinceramente, pero por lo menos me viene una idea a la cabeza antes de dejar de ¿respirar?.

"La luz celestial así como la oscuridad, ambas pueden absorberse y purgar"

"¡ESO ES!"

El asesinato del Pequeño Conejo (Sesshomaru y Rin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora