Capítulo 8: Sentimiento de Venganza

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PDV de Sesshomaru

Llevo un rato ignorando al resto. Estoy mirando a través de la ventana la profundidad de los bosques. Jaken entonces llega a mi lado.

- Amo Sesshomaru, ya está comiendo la Sacerdotisa, podría decirse que la dejamos en buen lugar y en mejor estado.- le miro ligeramente.- Si quiere, podemos irnos.

- Bien. -me pongo en pie y miro a Inuyasha.- Creo que no tengo por qué estar más aquí.

- ¿Seguro que... estás bien? -no me gusta que me lo pregunte. Él sabe perfectamente que no lo estoy, que lo de Rin me reconcome.- Sessho...

- Cállate. Tú no sabes nada. -le corto y oigo a las chicas hablar.

Hablan de Etsuko, de lo peculiar que es, de como no ve a los demonios semi-demonios y demás como los ve el resto de la aldea. Que una Sacerdotisa como ella deberían haberla educado inculcándole la mente radical que la aldea tiene y sin embargo, no es así.

- Rin. ¿Y si fue por ella? -Kagome da con la luz.

- Podría ser. A los 12 es cuando más se dejan influenciar los niños. -indica la anciana Kaede.- Y un año es mucho, y más para unas supuestas inseparables.

- Entonces... ella probablemente quiera más que nadie la muerte de ese demonio. -añade Sango en esta ocasión. Y eso, sin duda, no me gusta.- Quiero decir, un demonio mató a su mejor amiga y aún así su mente no es radical. Y además aborrece ese odio y prejuicio más que na...

- ¿Nadie? Vas a volver a decir eso y te arrancaré la lengua. -mis palabras no las mido. Inuyasha se sorprende y por suerte, el hecho de que Miroku esté de paseo con las niñas es bueno para que no se inicie una buena disputa.

- Sesshomaru, cálmate. -no me gusta que Kaede me hable así.- No mides lo que...

- No pienso calmarme vieja... -me calmo, Jaken me mira asustado, no es novedad pero de esta forma, puede que sí.- Quién más derecho tiene de vengar la muerte de Rin, soy yo. ¿Luego Etsuko? Bien, pero primero voy yo.

Sango lo entiende, entiende mi reacción y no me culpa y eso me gusta todavía menos. Que me entiendan es casi sinónimo de que les doy pena, y mi sangre se altera por momentos.- Vamos Jaken. -le indico caminando hacia la puerta, la abro y me llegan distintos aromas. Miro qué dirección tomar.

- Sesshomaru... -esa anciana otra vez.- ¿No crees que ella también merece obtener su venganza? Darle la opción de elegir si quiere vengarse contigo.

La frase no la ha acabado conmigo dentro, ni con la puerta abierta. La he cerrado en seco en cuando decía la palabra "venganza". Pero aún así, la he escuchado. Y aunque no estoy de acuerdo en dar a nadie ese lujo, en dar a nadie MI VENGANZA. Estoy delante de la puerta de la casa de Kaede.

- Señor Sesshomaru... ¿qué va a hacer?. -me mira indeciso. No sabe si es correcto preguntarme como si estuviese a punto de cuestionarme. Se le ve en la cara.- ¿Le pedirá que venga?

- Yo no pido, suplico, a nadie. -le corto.- Pero puedo darle a elegir.

El viento ondea mi cabellera y miro hacia el cielo, aún quedan horas para el anochecer, y si le doy a escoger el venir, en su estado habrá que esperar a mañana por lo menos. POR LO MENOS. Y yo no esperaré más que eso si opta por mi oferta. Bastante permisivo soy accediendo a lo que la anciana ha sugerido.

- ¿No va a entrar?.-pregunta el pequeño.

La casa de Kaede. Es en dónde han dejado atendida a Etsuko. Miro una vez más a Jaken y me resigno. Sin llamar ni avisar ni nada, entro de golpe, la miro, y digo lo único que me queda por decir.

- Dime, ¿Quieres vengar aún pudiendo morir, o quedarte aquí y vivir segura?

Sus ojos marrones, perplejos, se clavan en mi. 

Y una vez más no puedo dejar de ver en ella a Rin.

El asesinato del Pequeño Conejo (Sesshomaru y Rin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora