Capítulo 40

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😉😉😉Hehe Hola!

Aviso: Capítulo largo, muy pero muy largo.

Así que preparen las palomitas y el refresco...

Disfrútenlo!!

CAPÍTULO 40

Observé aquella cabellera castaña al final del restaurante junto a la ventana y caminé hacía él con seguridad como si quisiera demostrar que ya no ejercía ningún tipo de poder sobre mí.

«Porque era inevitable negar que me atraía y mantenía flechada como si fuera posible apartar la mirada de semejante cuerpo»

—Buenas —dije en cuanto llegué a su lado; demasiado fría para lo que acostumbraba pero no me nacía ser amable con él.

—Hola, siéntate —contestó con amabilidad, tomándome por sorpresa. No respondí, me limité a sentarme en la silla frente a él y a repetirme mentalmente que debía resistir un almuerzo.

El mesero se acercó y preguntó si deseaba tomar algo. Segura contesté que sí, una copa de vino no me vendría mal, necesitaba algo de licor para pasar la amarga situación.

—Vaya con todo lo que has logrado —soltó ante el silencio que se había creado—, me has sorprendido. Gracias por aceptar, no sé qué hubiese hecho si no lo hacías.

—Es tu hotel, tú sabes que es lo que le conviene y gracias —solté encogiéndome de hombros como si no me importara su opinión. No alcé la mirada, sino que aparté los ojos de la mesa y la pose en la carta.

—¿Pedimos? —preguntó curioso.

—Es que no era una reunión con algunos socios y trabajadores de la campaña— exclamé con nerviosismo.

—No, la reunión es después.

«Ay dios mío ».

—Algunos socios tuvieron algunos inconvenientes y se aplazó la junta para el día de mañana —explicó haciendo hincapié en "inconvenientes"

Cerré la carta de pronto y la dejé a un lado, lo que menos tenía en aquel instante era hambre así que esa necesidad podía esperar. Alcé la mirada y me di de bruces con esos diamantes que evaluaban mis movimientos, la misma mirada que sentía que podía leer mi mente, pero alejé esos pensamientos y crucé los brazos pensando que él no era más que un mentiroso.

—Creía que esta reunión era para hablar de la campaña así que no veo que podemos hacer tú y yo solos; me retiraré.

«Toma esa Jareb, no soy la misma chica que engatusaste ».

Un silencio reinó en el lugar que nos rodeaba, el clima parecía sentirlo. Por un momento pensé que quizás había sido un pensamiento y que realmente no lo había dicho en voz alta, «tierra trágame ».

—Creo que aún no hemos aclarado algunos términos con respecto a nuestra profesión —Su voz era lenta y seria, sin una pizca de emoción.

—Ambos sabemos que si trabajo para ti no es porque lo haya decidido, sino porque mi contador me ha dicho que es una gran oportunidad.

—Esperaba poder cambiar tu juicio contra mí —contestó frunciendo el ceño.

—No tengo hambre, por lo que dime aquello para lo que me has llamado aquí y me iré.

Sí moría de hambre, pero me negaba a pasar un segundo más a su lado, prefería comerme un par de galletas en soledad a seguir admirando su perfil esculpido por los mismísimos dioses.

¿En qué momento me enamoré de ese imbécil? ¡Fui una ciega!

«Eso estaba claro » cercioré para mí misma.

Perdona pero me enamoré ©   COMPLETA ✔( EN AMAZON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora