Capítulo 29

200 36 26
                                    

Capítulo 29

Leí el mensaje de Nicolás diciéndome que todo lo de la revista estaba arreglado. Pero mi reputación ya estaba manchada con la narración falsa de la fuente que aportó la información.
¿Quién lo haría? Si no conocía a mis enemigos.

Me encontraba hablando con Xavier de nuestro próximo recorrido. «Dios... me están dando nauseas», pensé en ese momento sintiendo como mi estómago se contraía.

—Xavi tengo que colgar te llamaré luego —dije cortando de inmediato y finalmente me incliné sobre la taza del inodoro vaciando mi estómago.

En el momento que me eche agua fría por la cara volvió a tener un poco de color. Me tire en la cama y recosté a pensar un rato.

Conversando con Nicolás llegamos a la decisión de retirarme de la empresa con la condición de dejar a una persona en el puesto de vicepresidente, y nadie como el señor Raymond para ese cargo. Confiaba en él pese al poco tiempo que tenía de conocerlo. Además concluimos que debía alejarme de la ciudad por un tiempo, quizás viajar en compañía de Xavier y Rose. Olvidar todo lo sucedido con Jareb, dejarlo a un lado y cambiar la opinión de los chismosos y paparazis que buscaban vender cualquier imagen y noticia por un buen precio. Quizás era hora de apartarme un poco de esta vida. El hecho de que no pudiera pensar con tranquilidad dificultaba mis planes, así que pensé hacer lo que menos imaginaba; vivir como una joven normal por sus propios medios, sin el uso de ninguna cuenta bancaria existente por parte de la empresa. Alojarme en un pequeño cuarto, conseguir un trabajo en algún café o biblioteca y tener un presupuesto bajo de ingreso. Quizás era hora de averiguar que se sentía tener una vida sin tantos lujos. Por lo mismo tenía que hacer recortes en algunos privilegios como bañarme utilizando champú y gel de marca, alimentarme a base de pasta y dejar de usar toallas de marca.

«Hablando de marca ¿No debería haber tenido el periodo hace dos semanas? », pensé descubriendo que ni siquiera me había dado cuenta de ello y todo por el estrés que había tenido encima dado los acontecimientos. No me extrañaría si fuera una semana pero ¿dos? Bastante tenía ya con sentirme engañada y estúpida al mismo tiempo.

—No tienes buena cara, ¿Qué te preocupa? —preguntó Raymond al verme entrar en la cafetería. Por lo general nunca me había preguntado sobre mi vida, que estudie o antes de estar allí, quien era mi familia. Tampoco es que yo lo fuera anunciado como una periodista, no me preguntaban y menos aún me apetecía contar porque estaba allí y era dueña de la empresa Lar.

—No es nada señor Raymond, es solo los nervios de tomar ciertas decisiones —contesté ya que le había mencionado que pronto me iría de viaje.

—Es una lástima que debas irte —mencionó y supe que me había tomado aprecio.

—Prometo que vendré a visitarle —dije guiñándole un ojo y sonrió de medio lado.

Jareb salió desde temprano, dijo que iría a una fiesta y yo también iría de sorpresa, necesitaba hablar con Fede.

Para cuando salí de la cafetería no podía pensar con claridad y olvidé el móvil sobre el mostrador. Empezó a llover en cuanto entré en la vía, por eso tarde más de media hora en llegar a la residencia donde vivía Fede. Estaba tal y como la recordaba. Normal, si no hace siquiera un par de semanas que deje de venir, aunque parezca que fue hace mucho más tiempo.

Avancé por el pasillo a grandes zancadas e ignore a la teñida de azul que me invitó la vez pasada a la fiesta. Ésa fue la primera vez que Jareb se quedó a dormir con otra después de mí, y parece que fue hace mil años. El tiempo no tenía sentido desde que nos acostamos.

Cuando llamé a la puerta de Fede, nadie contestaba. Normal. Si Fede no estaba nunca aquí, siempre estaba en casa de Charlie o en la disco que se encuentra a unas cuadra, y no tenía ni idea de dónde era. Y, aunque lo supiera, ¿Iría?

Andan diciendo que debo tener cuidado

Que tu amor lastima, que tú eres un engaño.

Andan diciendo que tú rompes corazones

Que no es solo a mí a quien le cantas canciones.

Escuché la canción que transmitían en la radio y reí irónicamente al pensar que era una simple coincidencia.

Rose me advirtió desde el principio que Jareb no era el simple chico que yo conocía. Ninguno de ellos era digno de mi confianza. Continúe escuchando la canción y perdí en mis pensamientos.

Baby yo quiero tenerte

Y estoy loco y crazy por ti

No es que yo quiera perderte

Pero duele lo que hablan de ti.

«Que idiota fui », pensé.

Andan diciendo que debo tener cuidado

Que tu amor lastima, que tú eres un engaño

«Sí que supiste lastimarme Jareb, volverme cenizas a tu lados », medité en mis adentros y me quedé encerrada un rato en el carro.

Andan diciendo que tú rompes corazones

Que no es solo a mí a quien le cantas canciones.

« Ja que no formo parte de la lista, soy más parte de la lista que cualquiera zorra con la que te hayas acostado » pensé.

Yo ya me puse un letrero en el pecho

Que dice que soy sincero y derecho.

«Y yo que te creí, ¿cómo pude ser tan ciega? », me reproché.

Te ofrezco soluciones morena

Y tú sigues poniendo problemas.

«El problema nunca fui yo Jareb », comprendí.

Dejé de escuchar la canción por unos minutos mientras observaba las gotas caer por el ventanal, como si el día supiera mi estado de ánimo.

Pero sin tu corazón me siento mal

Vamos despacio bebé que no tengo afán

Yo te lo juro no me porto mal.

«Quizás no te me obligaste, no me trataste mal en nuestros momentos a solas, pero rompiste mi corazón Jareb, poco a poco con cada una de tu acciones me has lastimado », dije para mí.

Sabes que no hay nadie más

No sé porque sospechas si no hay nadie más.

No dejes que a la mente te la enreden

Andan diciendo cosas que no deben

Sabes que no hay nadie más.

«Más enredada de lo que ya estoy, lo dudo ».

Andan diciendo que debo tener cuidado

Que tu amor lastima, que tú eres un engaño.

Andan diciendo que tú rompes corazones

Que no es solo a mí a quien le cantas canciones.

Salí del coche y dejé que las gotas empaparan mi ropa. Vi el cielo y recosté del auto. Miré al frente a ver si llegaba Fede o alguno de los chicos pero nada.

Regresé al auto e intente pensar en un nuevo plan. Habría sido mucho más fácil si no me hubiera dejado el móvil en el mostrador. Justo cuando estaba a punto de rendirme y volver a buscarlo, pase junto a Camp Eb'rien la disco a la que fui con Rose. Vi el auto de Charlie en el estacionamiento. Aparqué y respiré profundo antes de salir, cuando lo hago, las gotas enfrían mi piel. El hombre de la entrada me sonríe y respiro aliviada al ver la espalda de Fede en la otra punta de la barra. Ojalá hubiera sabido lo que le venía a mi vida

Perdona pero me enamoré ©   COMPLETA ✔( EN AMAZON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora