Capítulo 7

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CAPÍTULO 7

Dejar tirar todo a la basura por unos besos, ¡Joder!, no eran simples besos. Y precisamente Rose me enviaba ese mensaje.


¿Qué debía hacer?


No permitiría que un estúpido mensaje incomprendido me arruinara la noche.


« Después de cada acción no existe tiempo para arrepentirte », decía Nicolás.


Y a la fregada todo, yo disfrutaría estos días a como dé lugar, ya luego me haría cargo de las consecuencias.


-¿Estas bien? -exclamó la voz de Jareb captando mi atención-¿Quieres chocolate? -ofreció señalando una bolsa llena de golosina en la guantera de mi asiento.


Caray, yo amaba el chocolate y él lo sabía.


-ehh bum... no gracias-no era capaz de hablar, probablemente aún estaba un poco ida por los minutos anteriores.


-Déjalo. No me interesa otro dulce que no sea...-advirtió entrecortándose con esa voz suave que conseguía recorrerme de pies a cabeza.


¿No le interesa? ¿Otro dulce como el de...? Mi cuerpo estaba en pausa y mi cabeza era incapaz de pensar fríamente.


¿Qué carajos estaba pasando?


-¿Qué no sea...? -pregunté por pura curiosidad.


-Te demostraré con hechos que otro dulce prefiero, que no sea el chocolate -afirmó bajándose del auto ya aparcado, motivándome a hacer lo mismo y dirigirnos al elevador del hotel donde nos hospedábamos.


-Esto es una locura -dijo antes de acercarse lo suficiente para percibir su aliento, cuando rozó mis labios mi cuerpo se derritió como mantequilla en arepa caliente.


«No. Definitivamente no le detendría ».


Sentí sus manos posarse en mi cintura con suavidad y en menos de cinco segundos me arrastraba hacia él, de forma que me apoyé en su regazo mientras mis brazos rodeaban su cuello y mis labios devoraban los suyos.


«Está pasando Annie. Esto no es un sueño ».


-Que no sea el de tus labios Annie.


No eran alucinaciones. No era ninguna novela ni historia de Nicolás Park, ni tampoco un sueño loco como era costumbre desde que conocí a ese manjar de persona. El realmente la estaba volviendo a besar.


Todo iba bien hasta que me encontré en una discusión mental, incluso las luces parpadeantes que iluminaban mi cabeza y me alertaban del peligro fueron inútiles.


Quería aquello. Lo deseaba.


¿Era lo correcto? Sin duda alguna no.


Pero necesitaba eso y aunque me diera de bruces contra el piso o me estrellase con un meteorito haciéndome papilla... caería en la tentación.


Para ratificar mi intención acerqué mi cuerpo aún más como si fuera posible fusionarlos de esa manera.


Sus manos fueron bajando de mi cintura hasta las nalgas y me alzó repentinamente como si estuviera levantando una servilleta para bajarme y fingir que nada paso en lo que las puertas del ascensor se abrieron.


-Esto no está bien Annie -murmuró entrando a la habitación y llevándose las manos a la cabeza como si hubiera cometido un delito.


-Jar -llamé para captar su atención- ¿Por qué lo hiciste? -pregunté con un nudo en la garganta.

Perdona pero me enamoré ©   COMPLETA ✔( EN AMAZON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora