CAPÍTULO 36
Cinco años después…
—
¿Realmente no quieres ir? ¿estas segura de no asistir? —preguntó Eliana por décima vez. Ahora era mi mano derecha, mi secretaria, socia y amiga, después de haber sido mi acompañante en las clases de comercio internacional, diseño y moda hasta que finalizamos la idea de la empresa Love&Secret llegaría lejos.
Eliana y yo estábamos segura que cuando tuviéramos suficiente ingreso buscaríamos a un fabricante de cosmético profesional aun así le encantaba saber un poco de todo y conocer el tema para desarrollar su propia marca, con el tiempo Love&Secret se había vuelto un completo éxito.
No podía creer que gracias a las ventas de mis primeros diseños había podido compaginar muy bien las reuniones con el trabajo y aun así poder estar al lado de mi más hermoso regalo; mi pequeño Jayd. Nada de los ingresos de las empresas Lar.
Estaba agradecida con mis padres, no me habían dejado a la deriva incluso después de su muerte, pero me vi en la obligación de apartar el dinero y todo lo referente a los Lar. La historia de mis ancestros era asfixiante y con dinero en charola de plata la vida corre peligro. En todo este tiempo pude comprender cuatro cosas: en primer lugar el dinero no compra la felicidad, en segundo, te conviertes en un blanco y en cualquier descuido con la vida de una persona puede terminar, tercero, te da tantas comodidades que se olvida el trabajo de donde proviene y cuarto, el amor, eso nunca lo podrás comprar.
No me importó la opinión de Nicolás con respecto a mi hijo, él simplemente en mi decisión con Jayd no debía involucrarse aunque solo él, Xavier y yo conocíamos la verdad; se llamaba así por aquel ser que algún día significo algo para mí. Era increíble lo rápido que pasaba el tiempo, más aún cuando apenas tenía cuatro años y parecía que fue ayer cuando lo tuve entre mis brazos por primera vez. Jayd mi bebe.
Jamás podría olvidar a Xavier, quien se había convertido en mi familia junto a Jayd, en mucho más que un amigo, era como mi hermano mayor, me cuidaba y protegía siempre, era como un tío para Jayd, mi hijo le amaba, algo que no haría con su verdadero padre.
A estas alturas no había abierto la carta que Jareb me entregó en Punta Cana, incluso estuve tentada a tirarla a la basura pero no lo hice, el anillo sí, no soportaba mirarlo en mi mano y un día sin pensarlo lo tire. Me importaba un rábano lo que costara. Me había deshecho de casi todo lo que Jareb me había regalado, solo conservaba algunos detalles entre ellos la carta.
«Carta odiosa, parecía estar maldita, o tener ojos », pensé.
La verdad es que evitaba pensar en él, que a pesar de no querer verlo era inevitable recordarlo ya que le veía siempre en la mirada de Jayd y en casi todos los rasgos físicos que mi hijo había heredado de él.
«¡Caray! Como es verdad que a veces los dioses deben caerse del cielo, su padre que lo niega y él que se parece tanto a él, no podía sacar mis ojos verdes ¡no! Tenía precisamente que sacar sus ojos»
¿Lo había superado? Digamos que sí.
¿Lo había perdonado? ¡No, no y no!
Y cada día me felicitaba mentalmente por haberme mudado, no lo había vuelto a ver y rogaba nunca más tropezarme con él, quizá lo único que sabría de Jareb Pryde fuera lo que publicaran las revistas chismosas y programas de farándulas, era inevitable, celebridades se hospedaban ese hotel, Jareb era un buen negociador, de eso no tenía duda. Desde que vi su entrevista en los programas de televisión acerca de su vida amorosa y su próximo matrimonio con nada más y nada menos que con Roses, mi supuesta mejor amiga aunque más parecida a la estafa pura de amigos.
Ni tan siquiera logré ver todo el programa transmitido. Tenía que reconocer que cuando divisé su nombre en aquel programa que solía ver en las noches, casi me da algo. No es que esperaba que siempre se quedará soltero o que no se casara y tuviera hijos con otra mujer pero que lo hiciera con Rose, eso no podía ser más que otra fachada solo esperaba que abriera los ojos, no le deseaba el mal pero no podía evitar pensar en cómo mi bebe y yo habíamos quedado lejos de su vida, de esa vida que él estaba creando, de poder ser su familia y que su hijo tuviera a ambos representantes, lo tuviera a él como padre y lo peor de todo era que de alguna forma, no podía evitar quererlo y eso provocaba que me detestará, aún tenía sentimientos por él, no lo amaba pero tampoco lo odiaba. En consecuencia estaba segura que no lo había perdonado, que no lo quería ver ni en pintura y al menos de su parte jamás volverían a verse aunque aún sintiera eso en su corazón, y lástima que a ese órgano no lo pueda controlar.
¡Imbécil! ¿En qué demonios estaba pensando? Tal vez la respuesta era fácil, años de convivencia, él no pudo olvidarme tan rápido ¿O sí? Después del nacimiento de mi pequeño me percaté que nunca tendría un padre, y que Jareb no tendría la oportunidad de formar parte de su vida. Al tenerlo entre mis brazos entendí el gran amor y sentimiento de protección que sentía, un cariño enorme hacía una personita que había estado en mi vientre durante nueve meses, mi mente voló, se subió a una nube, se perdió entre la neblina y por un instante pensé que Jareb podría arrepentirse y sentir lo mismo que yo por nuestro bebe ¿no?
¡Tonta!, Por suerte Xavier me entretuvo, alejo de esos pensamientos antes que llegará hasta él, antes de estar segura de mis emociones y de su decisión, él ya lo había hecho, ahora era mi turno de reinventarme.
Eliana movió las manos frente a mi rostro tratando de captar mi atención.
—Y entonces le puse una falda a una paloma… ¡Regresaste! —exclamó divertida.
—¿Qué? ¿Por qué le pondría una falda a una paloma? —dije confundida.
—Quería confirmar que me estabas escuchando pero ya veo que no —contestó entre risas.
—Lo siento, ¿Qué me decías? —cuestioné ahora prestándole atención.
—¿Realmente no quieres ir? ¿estas segura de no asistir? —volvió a repetir, estaba tan distraída que ya había perdido la cuenta de cuantas veces Eliana había repetido esa pregunta.
—No, no voy a ir. Voy a aprovechar este tiempo que tengo libre con mi hijo, eso sin contar que Xavi me ha conseguido una cita y no quiere que lo deje mal esta vez. Además, no quiero que la prensa se entere quien es realmente la presidenta y dueña de la marca Love&Secret.
—Nadie sabría que eres Red Secret Todo el mundo cree que eres una chica recién graduada, nadie sospecharía de ti siendo wow como eres —exclamó señalando todo mi cuerpo.
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Perdona pero me enamoré © COMPLETA ✔( EN AMAZON)
Roman d'amourPUBLICADO EN FÍSICO Y EN DIGITAL 《Si los besos de fresas son ricos,imagínate con chocolate》 Sentimientos entrelazados guardaban en un cajón de cristal, química imparable, descontrolada en una partida sin planear, pasados cruzados, motivos desconocid...