El teléfono que intenta localizar se encuentra fuera de servicio, deje un mensaje después del tono...
Juraría que se había aprendido aquellas palabras de tantas veces que las había escuchado.
Demonios. ¿Qué le había pasado a Camila? Trataba una y otra vez de sopesar las posibilidades pero cada una era peor a la anterior, simplemente deseaba aparecer lo más rápido posible en ese lugar. El lugar. Trataba de recordar si alguna vez había pasado por él. ¿Qué podría haber estado haciendo? Pero nada llegaba a su mente, simplemente imágenes que rápidamente buscaba desechar.
Hizo un nuevo intento, cuando uno de los semáforos pasó a rojo y no tuvo oportunidad de colarse.
El teléfono que intenta localizar...
Cortó de golpe. No tenía caso seguir intentándolo.
La noche se había vuelto más oscura, y una gran tormenta amenazaba con irrumpir. Jordi le había enviado algunos mensajes, pero diablos, en éste momento no tenía tiempo para nada de ello. Justo cuando la luz pasó a verde, dio carrera rápidamente y juró que chocaría con un auto que no podía respetar la mald...
―Demonios ―dijo para sí mismo, cuando sintió el coletazo del freno―. Vamos, Axel. Cálmate. Necesitas llegar.
Al recomponerse, se abrió camino por los últimos tramos. De un momento a otro, llegó a una esquina, muy poco concurrida que marcaba Lima con Garmendia. Buscó un lugar en el cual poder estacionar el coche. Por alguna razón nada de esto le daba una buena vibra.
Dejó el auto tan rápido como pudo y comenzó a divisar a medias a ver si veía algo que le llamara remotamente la atención, a alguien que se pareciera a Camila. Pero, demonios. ¿Dónde podía estar? No había muchas tiendas abiertas. Parecía haber una especie de bar en lo más alejado de la calle. Había una que otra persona caminando, y rápidamente comenzaron a verlo de manera extraña.
Diablos.
Sacó su teléfono y marcó el número de su amiga, pero se encontraba desconectado. Marcó el número del cual lo había llamado, también se encontraba fuera de servicio. Los nervios comenzaban a carcomerlo de una manera que no era sana.
En eso vio a un grupo de chicos que se encontraban calando uno que otro cigarro. No tuvo tiempo de sopesar las posibilidades, tomó un leve impulso y se lanzó hacia el lugar en donde ellos estaban, se encontraban unos cuantos metros alejados de un restaurante de paso que no tenía mucha iluminación.
―¿Buenas? ―dijo, llamando la atención.
El grupo de jóvenes lo miró con desdén e incomprensión. Su primer acto fue ignorarlo.
―Oigan, por favor ―insistió él, mientras que uno de los chicos, el más robusto de todos le hizo frente. Axel tragó profundo―. Estoy buscando a una amiga. Blanca, cabellos castaños. Delgada. Me ha llamado... Ella como que... Bueno, sonaba algo alterada. ¿No han visto a nadie...? Vale, ¿a nadie con esas características?
―¿Una chica? ―inquirió con desánimo el muchacho―. Una chica, dice ―volvió al grupo que lo respaldaba.
Ellos soltaron una leve risa que sonó más como un quejido.
―Cientos de chicas vienen a ésta calle en la noche. Miles con esa descripción.
―¿Qué...? ―comenzó a preguntar sin captar―. Oye. No. No estoy hablando de ese tipo de... Demonios, ¿han visto a alguien con esas características?
―No recordamos, ¿vale? ―respondió una de las chicas, vestía ligeramente―. Tal vez si nos das algún incentivo podamos...
―¿Están hablando en serio...? ―hizo una pausa, cuando entendió de qué iba todo esto―. Dios, no lo puedo creer.
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Y Sin Quererlo, Me Enamoré
Fiksi Remaja¿Qué poder tiene el Universo para conspirar a nuestra suerte y volver todo nuestro mundo cuesta arriba? Axel es el chico perfecto, sólo a pasos de terminar su carrera universitaria, perfectas calificaciones y con la oportunidad de realizar sus p...