Se encontraba acostado revisando su teléfono, perdido entre fotos y videos, y mientras lo hacía se reía para sí mismo, un sentimiento reconfortante lo dominaba porque de las mil veces que había hecho esto antes, jamás se imaginó hacerlo ahora en la cama del hombre que amaba mientras lo esperaba salir del baño para presentarlo a sus amigos.
¿Sonaba eso demasiado alocado?
Recordaba aquella noche en la que recibió la solicitud de amistad, y se preguntaba cómo las cosas habían pasado desde ese punto hasta ahora. Sin duda había sido un gran proceso, sin duda había tenido que romper muchas barreras, pero realmente agradecía haberlo hecho.
Su teléfono vibró de golpe.
Camila: ¿Ya están listos?
Hizo clic en la burbuja y abrió rápidamente el chat.
Axel: Casi. Estoy esperando que Jordi termine de arreglarse. ¿Tú?
Camila: Estoy esperando que Eduardo me recoja.
Axel: Ohhh. Eduardo. Realmente me muero de ganas por conocerlo.
Camila: Creo que van a llevarse bastante bien.
Axel: Oye, ¿crees que todo salga bien esta noche?
Camila: ¿Por qué lo preguntas? ¿Tienes dudas acaso? Pensé que esto era lo que querías.
Axel: Oh, no me malinterpretes. Es lo que más quiero. Sin embargo no puedo dejar de sentir un poco de nervios.
Camila: Es normal. Vale, Axel. Es completamente normal. Es el siglo XXI. Además, los chicos te adoran. Sé que también van a adorar a Jordi. Es decir, yo lo hago.
Axel: Y eso es mucho decir.
Camila: Y que lo digas.
―Y bueno... ―una voz ronca interrumpió su conversación―. ¿Qué te parece?
Demonios.
No creía poder desear más a Jordi de lo que ya lo hacía, sin embargo, ésta noche abría con muy buen pie.
Lo había dejado sin palabras.
Llevaba unos pantalones caqui que le marcaban las perfectas piernas que tenía. Una camisa azul oscuro con algunos detalles en blanco marcaba su torso. Su cabello estaba arreglado de una manera desordenada que lo hacía ver muy sexy, y su mirada aunada a una sonrisa dudosa, le daban un toque de picardía y ternura que le hacía perder la respiración.
¿Cómo había sido tan afortunado de conseguirlo?
―Jordi... ―se forzó a decir, cuando recordó cómo hablar―. Dios... Bueno. Estás... Perfecto. Te ves realmente bien.
―Oh, vale ―comentó él con una sonrisa―. ¿En serio me veo tan bien? ¿O simplemente estás haciendo una escena?
―No, puedes jurarlo ―le afirmó, mientras lo seguía apreciando de pies a cabeza―. Estás... Guao. Estás demasiado caliente esta noche, precioso.
―Ya creo que es suficiente ―trató de ocultar sus sonrojadas mejillas, mientras volvía al baño. No creía haberlo visto sentir pena alguna vez―. Realmente no encontraba algo decente que ponerme. Claudia me ha tenido que ayudar esta tarde en el centro comercial, no soy de usar, ya sabes... Este tipo de ropa.
―Deberías de usarla más a menudo ―apremió Axel, mientras dejaba el teléfono de lado y se dirigía al baño que estaba en el cuarto de Jordi―. Te queda muy bien.
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Y Sin Quererlo, Me Enamoré
Novela Juvenil¿Qué poder tiene el Universo para conspirar a nuestra suerte y volver todo nuestro mundo cuesta arriba? Axel es el chico perfecto, sólo a pasos de terminar su carrera universitaria, perfectas calificaciones y con la oportunidad de realizar sus p...