Capítulo XIV

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El cálido día transcurrió con total normalidad para los habitantes de aquel lugar.

Todos los pilares se encontraban en sus casas debido a que extrañamente la actividad de Muzan había disminuido casi por completo. Aquello no podía significar buenas noticias.

En vista de la situación el maestro se vio en la necesidad de citar a una reunión de carácter prioritario entre los hashira para esa misma noche.

- Listo Kochou-Sama - mencionó Aoi mientras terminaba de extraer una muestra de sangre - lo añadiré a los otros exámenes.

- Muchas gracias por tu ayuda Aoi-San - respondió la hashira a la muchacha que se retiraba de la enfermería hacia un pequeño cuarto donde estaba el laboratorio.

Sus ojos se posaron en una de las marcas de su antebrazo y su semblante se cargó de aflicción.

«Ya casi se cumple un mes...»

Que sencillo había sido el gritar que deseaba jamás haberle amado, pero que difícil era el dejar de extrañarle.

La primera semana después de separarse Giyuu había sido bastante insistente en buscarle, pero ahora hacía ya tres semanas que no tenía noticias de él.

Poco después de ello Kochou enfermó, y así había permanecido hasta ahora, sin conocer la causa pero si viendo cómo cada día se agravaba más y más, y pareciera ser que el hecho de pensar en Tomioka le hacía empeorar.
Intentó esconderlo por un tiempo pero luego que Aoi le vio desmayarse no hubo marcha atrás. Le obligó a realizarse exámenes para descartar que la patología fuera maligna.

Sus ojos viajaron hasta la ventana, ya casi debían de ser las 23:00 hrs. Tenía que prepararse para ir a la reunión.

Pasó por su habitación parar recoger el haori y su nichirinto, y a toda velocidad se marchó.

«¿Cómo has estado, Tomioka-San? »

Con tristeza su mirada observó el camino de tierra que guiaba hasta el extremo del pueblo donde el hashira habitaba.

- ¡Buenas noches Shinobu-San! - dijo una voz tras ella llegando a su lado.

- Konbanwa Mitsuri-San ¿Cómo has estado? -.

Que bueno era encontrar algo de compañía para distraerle de sus pensamientos.

Conversando amenamente con su compañera llegó hasta el lugar de la reunión.

La casa del maestro.

Dónde ya todos los pilares esperaban reunidos.

- ¿Desarrollar unas marcas maestro? - preguntó Iguro confundido.

- ¿Cree que todos podamos obtenerlas? - se sumaba Himejima.

- Muichiro-san es él indicado para hablarnos más al respecto en esta ocasión, mis niños - mencionaba Oyakata-sama mientras cedía la palabra al pilar de la niebla.

Este relató como aconteció todo el proceso durante la misión que había llevado a cabo hacía un par de días, no podía explicarlo bien, pero todos sentían que sería necesario el desarrollar un entrenamiento feroz para poder recibir aquellas marcas tan especiales.

Lo ideal era que todos participaran, desde los hashiras hasta el menor de los mizunotos.

Nuevamente la molestia por la ausencia de Tomioka en la reunión se hizo presente, pero esta vez, no estaba aquella femenina voz para defenderle. Al contrario, Kochou guardaba silencio frente a las diversas dudas y acusaciones. 

A pesar de ello no se le dio muchas vueltas al asunto, tenían demasiados temas importantes de los cuales hablar. Y Muzan era uno de ellos.

Había quedado decidido, el maestro tenía un plan para acabar finalmente con el enemigo, pero para ello primero tendrían que cumplir con el entrenamiento. De seguro el ataque sería pronto. 

"Acaba conmigo"  [GiyuuShino] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora