Puntos de vista distintos

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Sofía ha vuelto ha su apartamento después de la fiesta. Lo que más desea es poder hablar con su madre, contarle sus sensaciones, como se ha visto cuando tenía a los Brown delante, pero es demasiado tarde, y tendrá que esperar a mañana para contárselo. Mientras, da vueltas por el apartamento mientras habla sola:

  —Creíste que iba a ser muy fácil ¿Verdad? ¿Que tenerlo tan cerca y mirarlo a los ojos iba a ser un paseo? Idiota. Aunque no quiera reconocerlo, cuando lo tengo cerca me pone muy nerviosa. ¡Y no quiero! No quiero estar nerviosa frente a ningún Brown, solo quiero sentir odio hacia ti, Fabián, y hacia toda tu familia.

Noah hace un par de horas que dejó a Kevin en la mansión. Le dio una de sus pastillas para el dolor de cabeza, y en cuanto comprobó que estaba dormido se marcho para encontrarse con Max. Como siempre, Max está disponible para Noah en el momento que ella quiera. Esa fue una de sus exigencias, que nunca la haga esperar. Pero Max empieza a estar cansado de vivir escondido. Y ha ideado un plan.

  —Llegas muy temprano. —Dice Max cuando ve a Noah entrar al apartamento.— Esa fiesta, acabo muy temprano.

  —Todavia no se ha acabado. —Noah se echa sobre Max que está tumbado en el sofá.— Tuve que venir antes por qué mi marido se puso mal. Y Fabián insistió en que lo llevará a la mansión para cuidarlo. Le di una pastilla, y lo puse a dormir, así no da la lata.

Noah se acerca a Max para besarlo, y nota que el está molesto.

  —¿Ocurre algo?

  —Estoy cansado de vivir a la sombra, escondido. No puedo salir contigo a ninguna parte, tengo que estar disponible para ti cuando tú quieras. Ni siquiera puedo ir a las fiestas de la empresa...

  —Pero Max, estoy casada, Fabián es el dueño de la compañía...

  —Compañia que también es tuya, ¿Cierto? No te pido que me presentes ante todos como tú amante, pero sí que me dejes estar más tiempo contigo.

Noah suspira, y después de un rato en silencio contesta:

  —Tienes razón. No es justo para ti que tengas que vivir escondido. Te prometo que al próximo evento de la compañía estarás invitado.

  —No es suficiente, quiero más.

 —¿Más, como que?

 —Quiero un trabajo en la compañía. Eso no debería ser difícil para ti, tu también eres la dueña. —Max comienza a acariciar el rostro de Noah.

  —Si, pero en estos momentos el principal dueño de todo es mi hijo.

  —¿Y no dijiste que lo podrías manejar? Es tu hijo, si ve que lo apoyas no tendrá más remedio que ceder a tus peticiones. Piénsalo bien. Te conviene tenerme en la compañía, podré vigilar a Fabián y a tu marido también. ¿No dijiste que mientras tu hijo no se enamore de ninguna mujer estará todo bien? Yo puedo ayudarte a que eso no pase. Piensa que al dueño de una compañía de moda se le acercan cientos y cientos de mujeres, más aún si es joven.

Saga Venganza y amor. La venganza de tu amor. Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora