Yo los declaro...

10 2 0
                                    

Durante toda la noche Fabián no para de soñar, el mismo sueño ocurrente que últimamente lo está atormentando. Como siempre, Fabián se encuentra en medio de un desierto en Marruecos, y tras una tormenta de arena en medio de unas ruinas ve a una mujer que lleva el rostro cubierto por un velo. Fabián se acerca a la mujer que cuando lo ve se asusta.
 

  —¡Espera! ¿Quién eres? — Pregunta Fabián.
 

Pero la mujer no le contesta y simplemente echa a correr. Fabián corre tras ella, pero otra enorme tormenta de arena se vuelve a levantar, está vez más fuerte que la anterior. Es tal su fuerza, que tumba a Fabián inconsciente en la arena. Unos beduinos que caminan por el desierto lo encuentran y tras darle una bebida extraña, Fabián ve a un hombre exactamente igual que el que le dice:

  —¡Nada es lo que parece! ¡Te están engañando!

Fabián se levanta todavía aturdido y huye de la tienda de los beduinos hasta las ruinas donde había visto a aquella misteriosa mujer.  Allí, de espaldas sobre una de las entradas, se encuentra la misma mujer de antes. Fabián se acerca a ella, y cuando está lo suficientemente cerca exclama:

  —Necesito ver tu rostro.

Fabián se para frente a la mujer, y poco a poco descubre el rostro que estaba tapado por el velo. Para su sorpresa, la mujer que estaba cubierta es Sofía. Que al verse descubierta saca un cuchillo y se lo intenta clavar a Fabián.

En ese instante Fabián se despierta dando un grito. Sofía que dormía a su lado, se despierta asustada mirando a Fabián que sentado en la cama jadea sudoroso e impresionado.

  —¡Fabián! ¿Estás bien? —Pregunta Sofía abrazándolo.

  —He tenido una pesadilla horrible. Un sueño que se repite desde hace algunos meses. Es raro, no creí que fuese una pesadilla. Hasta hoy.

Sofía acaricia el rostro de Fabián para tranquilizarlo mientras le dice:

  —Tranquilo. Solo es un sueño. Olvídalo.

Fabián mira su reloj. Ya casi es de día, y quiere irse cuanto antes con Sofía a una iglesia para casarse.  Está más que decidido a hacer a Sofía su esposa. Y si para convercerla de su amor tiene que darle todo lo que tiene, lo hará, no importan las consecuencias.

Mientras, Lisa está en el hospital con Max. Ha pasado toda la noche con el en una sala de observación. Max se levanta después del golpe que llevo en la cama del hospital. Está prácticamente desnudo, apenas lleva unos boxers.Todavía está algo aturdido. De repente le llama la atención ver la presencia de Lisa en la cama de al lado. Que al ver que Max se despierta, se levanta de la cama. Max comienza a tocarse la frente, y encuentra un pequeño trozo de esparadrapo en su frente:

  —Pero...¿Que es esto?

Acto seguido se levanta nervioso de la cama y se va hasta el baño de la habitación para mirarse.

  —¿Cuantos puntos me han puesto? —Pregunta nervioso quitándose el esparadrapo.

  —Con tres habría bastado pero...el médico ya que estaba...

  —Contigo al lado seguro que se distrajo y me dejará una cicatriz horrible.

  —Max, como mujer te digo que una cicatriz no arruinara tu carrera. ¡Y no te toques la herida! —Dice Lisa golpeándole la mano para que no se quite el esparadrapo mientras se la recoloca.

  —Tu...¿Que haces aquí? ¿Has pasado toda la noche...aquí? —Pregunta sonriendo.

Lisa mira hacia otro lado nerviosa antes de contestar:

Saga Venganza y amor. La venganza de tu amor. Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora