Una invitada que atrae miradas

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  Max se dirige al apartamento después de huir de casa de Sofía. Allí Noah lo espera deseando oír noticias.

 —¡Noah! ¿Que haces a estas horas aquí? —Dice nada más entrar Max.

 —No me pude quedar tranquila en la casa. —Dice Noah sentada en el sofá con una copa en su mano.— ¿Y? Vienes de casa de Sofía, ¿No? ¿Conseguiste información?

Max no dice nada. Lo que hace que la imaginación de Noah vuele.

 —¡La sacaste del medio! —Dice sonriendo.

Max al ver la efusividad de Noah se deja llevar y sonríe.

 —¡Me libraste de esa intrusa! Dice emocionada Noah mientras Max se sirve una copa.— ¡Tienes que contármelo todo! ¿Sufrió? Dime. ¿Fue lento? ¿Rápido? ¡Jejeje! ¡Cuéntamelo todo! ¿Con que lo hiciste?

Max saca una pequeña navaja de su bolsillo y se la enseña a Noah.

 —¡A ver! Quiero lujo de detalles.

 —En este momento mientras menos sepas, es mejor.

 —¿Y eso porque?

Fabián bebé un trago largo.

 —¡Porque, porque, porque! Porque mientras menos sepa la gente es mejor. ¡Entiéndelo! Es un asunto delicado.

 —¡Ah, ya sé! Piensas que no te voy a pagar tú trabajo, ¿Verdad? Pues te equivocas. Yo siempre pago lo que debo. —Dice acercándose hacia donde Max está sentado.— ¡Y con propina!

Noah se abalanza sobre Max y lo besa locamente. Desenfrenada.

 —¡Así me gusta! ¡Un hombre con coraje, un hombre dispuesto a todo!

 —¡Estás loca, Noah! —Sonrie Max, mientras se besan locamente.

 —¡Si, me vuelven loca los hombres así! ¡Capaces de todo! ¡Sin miedo! ¿La hiciste gritar? ¡Dime que la hiciste gritar mucho!

 —¡La que vas a gritar eres tú! ¡Vas a ver!

 —¡Ay! ¡Si! ¡Quiero gritar! ¡Pero de placer!

Ambos se rinden a sus deseos más salvajes. Noah llevada por el éxtasis de creer que Max acabo con la mujer que está haciendo que Fabián cambie. Y Max atraído por ese lado salvaje de Noah que desconocía. Locos de deseo terminan haciendo el amor salvajemente en la cama del apartamento, de una forma como antes nunca lo habían echo.

 —¡Anda, no seas malo! —Dice Noah con voz melosa después del éxtasis que vivieron.— Cuéntame cómo pasó.

 —¿De verdad quieres saber cómo fue?

 —¡Ay, me muero de la curiosidad! Aunque...aquí la que se murió fue otra. ¡Jejeje!

 —A ver, pues aparqué el coche y me baje lentamente mirando que nadie me viera.

 —Y...¿Alguien te vio?

 —¡No! No había ni un alma. Nadie estaba por ahí. —Dice Max levantándose de la cama y tapándose con la sábana.— Entonces, con mucho cuidado...¡Zas!

 —¡Ahhhh! —Exclama sorprendida Noah.

 —Forcé la cerradura de un solo golpe.

 —¡Ayyy! —Sonríe aplaudiendo Noah.

 —Y después, estaba el camino libre para mí víctima. Con mucho cuidado, empecé a buscarla. Y ahí estaba.

 —Ella.

 —¡Si!

 —Sofia.

 —La mismísima. Me acerqué lentamente. Y fui sacando la navaja. ¡Clac! Y le vi ...le vi su piel rosada, tersa, se veía hermosa. Y ese cuello...tan frágil cerca de mis manos. Entonces, apreté la navaja.

Saga Venganza y amor. La venganza de tu amor. Volumen 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora