𝘋𝘦𝘴𝘵𝘳𝘶𝘤𝘵𝘪𝘰𝘯 ¡! 𝗄𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇 ₁

UNO.

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Park Jimin.

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1 de diciembre, 2019.

Oficialmente el mes de las fiestas navideñas había llegado. A pesar de que el mundo estuviera en conflictos de política -según por lo que me había contado mamá-, Corea del Sur se mantenía pacífico frente a la posible guerra que se rumoreaba. Realmente no me importaba, puesto que yo no estaba interesado en lo más mínimo en lo que sucedía fuera de mi país.

Este mes era de felicidad, los árboles de navidad, las luces de colores, los fuegos artificiales...Era una lástima que no supiera cómo es que en realidad lucían. Había nacido con ceguera y era algo que no se podía curar a menos que encontraran un cirujano que me ayudara.

—¡Jimin, ya está el desayuno! —Oí a mamá desde la planta baja. Terminé de ponerme mis botas y bajé con sumo cuidado tomándome con fuerza del barandal de las escaleras. Había trazado un mapa en mi cabeza, sin embargo cabía la posibilidad de que me ocurriera un accidente por despistado. Mientras bajaba estaba enumerando las cosas que había aprendido a hacer este año y el año pasado. Había aprendido a vestirme solo, aunque mamá tenía que ayudarme a poner mi ropa en conjuntos para poder vestir decentemente y no andar por la calle con algo que se me viera extraño. También a caminar solo por las calles de mi vecindario, la gente ya me conocía y me ayudaron a ubicar calles, locales e inicios de algunas avenidas.

A pesar de tener veintidós años mis padres aún me tenía que ayudar en algunas cosas y muchas veces me hacía sentir mal. Mis padres no pudieron disfrutar su vida por mí y yo tampoco pude disfrutar parte de mi niñez y adolescencia. Todo el mundo me veía con lástima. Nunca tuve novia, nunca pude ir a una escuela. Sin embargo, sí tenía amigos, unos cuantos y eran de mi vecindario, aunque de pequeño no podía jugar a muchas cosas, siempre me tuvieron paciencia y aún están a mi lado. Kim Taehyung y Kim Namjoon, ellos eran hermanos y desde que nos conocimos están a mi lado apoyándome en lo que podían.

—Hola mamá —Saludé llegando a la puerta de la cocina. Tanteé la silla y la jalé hacia mí para luego sentarme en ella y acercarme a la mesa. Olía a Hot Cakes y café por todos lados.

—¿Cómo dormiste, cielo? —Preguntó, oí como jaló una silla y luego su suave mano tocó la mía, guiándola hacia los cubiertos. Mamá estaba frente a mí.

—Bien, aunque tenía frío en la noche, tiré mi cobija al suelo y no la encontré. Me quedé destapado porque me quedé dormido —Dije cortando un pedazo de mi Hot Cake para después metérmelo en la boca —, ¿Y tú? Seguro extrañaste mucho a papá.

Mi papá estaba en un viaje de negocios en Estados Unidos desde hace dos días. Mamá y él se había conocido desde que estaban en la Universidad y hasta el momento seguían juntos.

—Sí, extraño mucho a tu padre. Pero dormí bien —Asentí y me dediqué a comer. Estaba demasiado hambriento —. Tu primo Chanyeol vendrá en la tarde a verte, regresó de su viaje en la madrugada.

—¡¿En serio!? —Pregunté emocionado.

—Sí, dijo que te trajo algo de allá —Sonreí terminado de comer mi último Hot Cake. Chanyeol era cuatro años más grande que yo, sin embargo siempre nos habíamos tenido un afecto muy especial. Pero cuando empezó a trabajar dejamos de frecuentarnos hasta sólo vernos dos veces al mes —. Así que te quiero bañado y bien vestido.

—Pero ya me vestí —Dije haciendo un puchero.

—No te has bañado en tres días, no seas cochino -Reí asintiendo mientras me paraba para dejar los platos en el fregadero —. Ten cuidado cuando te metas a la regadera, ya sabes que...