CATORCE.

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~Park Jimin.

Jungkook dijo que la noche había caído y por lo tanto me tocaba hacer la primera guardia junto a él mientras los demás dormían. Yoongi y Taemin dormirían en las habitaciones que había y Hoseok en uno de los sillones de la sala principal, mientras que nosotros nos quedaríamos en el recibidor a cuidar los dos ventanales y la puerta.

En lo que los demás se iban a dormir, nosotros cerramos las cortinas de los ventanales y todas las puertas y ventanas de la casa con seguro y cuando terminamos, los dos nos sentamos en el suelo.

—Jimin, ¿No estás cansado? —Preguntó Jungkook y yo negué.

—Corrimos todo el día prácticamente, pero estar sentado ahora mismo me hace descansar mis piernas —Jungkook rió y yo sonreí en forma de respuesta —, ¿Y tú, estás cansado?

—Un poco, mi vida era sedentaria y ahora es difícil acostumbrarme a esto... —Jungkook suspiró con algo de melancolía. Busqué su brazo tímidamente para acariciarlo suavemente en modo de respuesta y de comprensión. Jungkook pasó sus dedos por los míos en cuanto sintió mi mano y después de unos segundos estos se entrelazaron.

Yo reí tímido, seguramente rojo de vergüenza.

—Tienes una sonrisa muy bonita, Jimin —Dijo y yo sonreí más —. Cuando sonríes tus ojos desaparecen, es algo muy gracioso pero lindo a la vez.

—Yo quisiera ver cómo eres... —Dije con una sonrisa pequeña.

—Cuando lleguemos a Noruega estaré ahí en primera fila para que me veas. Y seguramente te vas a sorprender, pues soy muy hermoso —Sonreí y los dos nos soltamos nuestras manos al tiempo mientras reíamos.

Me acomodé en mi lugar jugando con mis manos un poco nervioso, era gracioso que aunque no pudiera ver, sabía que la mirada de Jungkook estaba sobre mí, así que volteé hacia su dirección y ladeé la cabeza confundido del por qué me estaba viendo tanto.

—¿Qué sucede? —Pregunté confundido y nervioso.

—Yo...sólo te estaba observando. No me había dado cuenta de tus facciones con más detalle.

—¿Ah, sí? ¿Y cómo soy? —Pregunté recargando mi mano en mi barbilla para escucharlo atentamente.

—Tienes el cabello café y es un poco largo. Eres delgado, con pequeñas manos tiernas y ojos rasgados grises...y si los vemos con más detenimiento, hay pequeños pigmentos color café muy claro.

Sonreí escondiendo mi cara entre mis manos. Sentía mis mejillas muy calientes y me daba mucha pena levantar la cara. Pero Jungkook me quitó las manos de esta y rió bajito, seguramente burlándose del rojo de mis mejillas.

Suspiré una vez que me calmé y jugué con el pequeño hilo de mi pantalón cuando los dos nos quedamos en silencio. Y no era un silencio incómodo, de hecho lo disfrutaba mucho, el ambiente se sentía tranquilo y pacífico después de un día tan ajetreado como el que tuvimos hoy.

—Jungkook... —Murmuré —, ¿Puedo...conocerte?

—¿Cómo? —Preguntó confundido.

—Déjame...tocarte.

—Eh, sí. Está bien —Sentí su presencia más cerca y sus manos tocando las mías para que yo supiera en donde estaba. Suspiré y levanté mis manos tanteando suavemente sus hombros y luego su cuello.

Subí lentamente mis manos por su mentón y luego hacia su cabello. Este era sedoso y un poco largo. Volví a bajar mis manos hacia sus orejas, donde había unas cuantas perforaciones en ellas. Seguí mi recorrido hacia sus mejillas y hacia sus labios, eran pequeños y delgados. Luego su nariz, no era muy grande y el puente de su nariz tenía una ligera curvatura.

Pasé mis dedos por sus cejas y lentamente los bajé hacia sus ojos. Jungkook los cerró y yo pasé suavemente mis dedos, sintiendo sus largas pestañas y sus párpados. Su piel era extremadamente suave y me hacía sentir muy bien, por alguna razón.

Cuando terminé de recorrer su rostro bajé mis manos a sus brazos y después las pasé hacia su pecho y ahí me detuve, sonriendo satisfecho por lo que Jungkook me había dejado hacer.

—Gracias... —Susurré bajando mis manos hasta mis rodillas.

—¿Cómo crees que soy? —Preguntó con una leve risita.

—Por lo que sentí, debes de ser muy guapo —Reí y él también lo hizo.

—Jimin, ¿Tú te enamorarías de un hombre? —Preguntó e hice un sonido con mi boca mientras pensaba.

—Realmente no reconozco físicamente como debe de ser una mujer y un hombre. Para mí los dos géneros son iguales y no, no me importaría enamorarme de un hombre —Sonreí —. ¿Y tú, Jungkook?

—Desde que soy pequeño he dicho que el género no delimita al amor. Si es hombre y te gusta, ese es tu destino y debes de aceptarlo. Tristemente en casi todo el mundo está muy mal visto querer a alguien de tu mismo género con tanta pasión —Suspiró jugando con mi rodilla, pasando sus dedos encima de ella —. Yo en mi caso, he tenido novias y novios y me da igual el hecho de me miren extraño, al final todos somos humanos, ¿No?

Asiento por lo que acaba de decir Jungkook. Yo no puedo enamorarme por el físico, como todo el mundo lo hace, pues las palabras belleza física no están en mi vocabulario. Y Jungkook tiene tanta razón, si te gusta alguien de tu mismo género, deberás aceptarlo y ser feliz con ello, porque para el amor, no hay géneros.

—Tienes mucha razón, Jungkook... —Volteo mi cara hacia él y le sonrío. Siento su mano en mi mejilla y me acerco más a su mano restregando mi piel suavemente contra su palma, mientras me acerco más a él, pues siento frío ya que comienza a bajar la temperatura conforme avanza la noche.

Y no sé en qué momento sucede, pero sus manos toman con delicadeza mi cara y yo pongo mis manos sobre sus piernas para impulsarme hacia él levemente. Cierro los ojos y su respiración choca contra mi cara y la mía se une a ella.

Finalmente sus labios se unen con los míos y es un choque de emociones que no puedo controlar dentro de mí. No me muevo, simplemente dejo que sus labios se queden unidos por un largo rato, pues es mi primer beso...

Jungkook abre un poco sus labios y yo torpemente también lo hago, por lo que él ríe levemente para después seguir con sus suaves movimientos tratando de ayudarme a poder seguirle el ritmo.

Y lo disfruto, disfruto cada roce que sus dedos hacen contra mi cabello y la forma en que me hace sentirme seguro junto a él. Cada segundo que pasa siento mil y un emociones que me erizan la piel que me hacen apretar la ropa de Jungkook con fuerza para acercarlo más a mí.

Por fin puedo seguirle el ritmo y me siento bien porque no es un beso desesperado, sino uno que me hace derramar un par de lágrimas por la felicidad que siento en esos momentos, y Jungkook lo siente, ya que se separa lentamente y yo me quito las pequeñas gotitas que resbalan por mis mejillas.

—¿Qué sucede, Jimin? ¿Por qué lloras?

No contesto, simplemente me abalanzo contra él y me aferro a su cuerpo, dándole un cálido abrazo mientras escondo mi cabeza en su pecho.

—Gracias, Jungkook, me has dado mi primer beso... 

𝘋𝘦𝘴𝘵𝘳𝘶𝘤𝘵𝘪𝘰𝘯 ¡! 𝗄𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇 ₁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora