NOVENTA Y SEIS.

529 86 23
                                    

┌─────────┐

Park Jimin

└─────────┘

Boom. 

Con esta, es la quinta vez que logro oír el estruendoso ruido de una explosión, haciendo que todo el lugar donde me encuentro retiemble y me haga sentir una impotencia enorme al no poder salir y detener todo esto o al menos ayudar. Y aunque trato de hacerlo, todos mis planes son detenidos gracias a las órdenes de Gabriel que fueron claras: "No salgas a menos que yo mismo te lo venga a pedir". 

Maldita sea, no puedo estar más tiempo aquí dentro.

La pequeña bodega donde me encuentro escondido, no es más que un almacén abandonado con veinticinco personas dentro, incluyéndome. Los únicos sobrevivientes aquí, son los que no saben utilizar armas y que lograron salir ilesos de las balas; Niños con sus madres y ancianos. 

—Jovencito Jimin...—Dice uno de los ancianos al final del almacén, sentado en unos costales que parecen ser suaves para su espalda —. ¿Cuánto tiempo estaremos aquí?

—No lo sé, señor...Espero que se detengan en algún momento y podamos abandonar el lugar —Contesto mirándolo, para después desviar la mirada de nuevo hacia la pequeña abertura que hay en la puerta de metal —. En algún momento se les van a acabar las municiones.

Y para cuando dejo de hablar, un pequeño jadeo sale de mi boca por el dolor que siento en mi costado izquierdo cuando la bodega vuelve a retumbar. 

—¿Todo bien? —Contesta una de las mujeres —. Desde hace unos minutos noto que te duele algo.

—Sí, estoy bien...—Murmuro con una pequeña sonrisa, pero rápidamente soy callado de nuevo cuando se me escapa una pequeña mueca; Drago, quien se encuentra a un lado de mí custodiando la puerta, voltea a verme después de soltar un pequeño chillido al notar que me quejo, así que solamente acaricio su cabeza para tranquilizarlo —. Antes de llegar aquí, un pelotón enemigo nos atacó a Gabriel y a mí, y uno de ellos casi me apuñala —Digo levantándome la playera para dejar expuesta esa parte de mi piel. En ella, hay una gasa pegada sobre la herida y con una diminuta mancha de sangre que la acompaña —. Alcanzó a picarme, pero no de gravedad. 

—¿Y si te infectas? —Pregunta Caleb, quien está con todos los niños más pequeños, ya que su tarea fue esa, cuidar de ellos —. ¿Por qué no me lo dijiste? 

—No te preocupes, no he sentido nada extraño —Digo después de guiñarle un ojo —. Ahora tranquilo, ¿Sí? No pasará nada...

Sin embargo soy interrumpido al notar que Drago se pone nervioso y comienza a mirar directamente hacia la puerta, por lo que yo me levanto rápidamente del piso para tomar mi pistola y mirar a todos para que dejen de hacer ruido. Pronto Drago comienza a mover la cola desesperado, y mi nerviosismo aumenta cuando las sombras de algunas personas se posan frente a la puerta. 

¿Sí es aquí? ¿Estás seguro? —Pregunta una voz que hace que mi cuerpo tiemble por completo.

Es Jungkook. Mi novio está ahí afuera. 

Antes de que pueda decir algo, rápidamente abro la puerta para asegurarme de que es él. De repente, su mirada y la mía se conectan, por lo que no puedo aguantar las ganas de correr y abrazarlo. Mis brazos pronto pasan alrededor de su cuello y él posa las suyas en mi cintura, jalándome hacia él para abrazarme de la misma manera y hundir su cara en la curvatura de mi cuello.

—¡Jungkook! —Exclamo con felicidad al verlo de pie y no en esa horrible camilla donde estuvo anteriormente.

—No sabes cuánto te extrañé...—Susurra una última vez, antes de levantar su cara y unir sus labios con los míos de una forma desesperada, y aunque sé que todo el refugio se está yendo a la mierda, tenerlo a mi lado complementó la parte vacía que sentí todas éstas semanas.

𝘋𝘦𝘴𝘵𝘳𝘶𝘤𝘵𝘪𝘰𝘯 ¡! 𝗄𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇 ₁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora