TREINTA Y UNO.

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~Jeon Jungkook.

Que Jimin estuviera respondiéndome el beso que le estaba dando, era lo mejor que me pudo pasar desde que salimos de Corea. Por alguna razón, me sentía completo y feliz, era un sentimiento que no podía describir con palabras y que me estaban carcomiendo con euforia y salvajismo.

El beso comenzó suave y lento, pues no lo quería besar con desesperación o lo asustaría y terminaría llorando y era lo que menos quería. Podía sentir como temblaba bajo mis suaves caricias en sus brazos y a veces, como sus mismos labios temblaban mientras trataba de seguirme el paso sin pasar a algo más que sólo unos movimientos suaves.

—J-Jungkook... —Susurró en mis labios cuando nos separamos por falta de aire. No quería abrir mis ojos, así que sólo mantuve mi frente pegada a la suya mientras trataba de inhalar algo de aire hacia mis pulmones y al mismo tiempo escuchando lo que decía —, ¿Por...por qué, Jungkook? ¿Por qué me haces más difícil esto? Quiero odiarte, quiero de verdad hacerlo, pero parece que no quieres cooperar y mandas a la mierda todo lo que siento.

—Ya te dije una razón... —Susurré de la misma manera, uniendo unos segundos más mis labios para luego separarme de nuevo. Jimin suspiró buscando mis labios de nuevo para sellarlos una vez más contra los míos, de una forma lenta, sin ninguna otra intención.

Tomé delicadamente su cara entre mis manos y volví a tomar el ritmo de la situación. Él me tomó de la muñecas, apretándome con fuerza y enterrando sus uñas en mi piel.

—Hay que parar esto, por favor... —Susurró en medio del beso. Su voz sonaba agitada y había comenzado a temblar más, por lo que esperé unos segundos más para separarme y abrir lentamente mis ojos.

Tenía sus párpados cerrados con fuerza, su respiración era agitada y temblaba bajo mi tacto. Por un momento tuve miedo de verlo así, pero en cuanto abrió los ojos y soltó mis muñecas, me relajé cuando sus mejillas tomaron un rojo intenso y trató de esconder su cara entre sus manos.

—Yo... —Dijo entre pequeños balbuceos, pero reí suavemente.

—No digas nada, tranquilo...Está bien.

Jimin asintió suspirando. Me senté cerca de sus pies, mirando el suelo con cierta incomodidad, el silencio que se había hecho entre nosotros de la nada se había puesto muy tenso y no sabía que decir, y creo que Jimin tampoco.

Pero el sonido de la puerta abriéndose me hizo levantar la mirada rápidamente y que ese silencio se desvaneciera, siendo reemplazado por el doctor que atendía a Jimin con la respiración agitada y bastante alterado.

Escúchame, Jungkook. Necesito que levantes de la cama a Jimin y lo ayudes a bajar las escaleras. El hospital está siendo evacuado por los guardianes y militares —El doctor estaba demasiado alterado y le costaba hablar debido a que no podía respirar muy bien. Observé rápidamente a Jimin, quien estaba confundido y un poco asustado debido a la forma en cómo estaba hablando—.Te ayudaré a quitarle la intravenosa para que no lo lastimes.

¿Qué es lo que sucede? ¿A dónde me llevo a Jimin? —Pregunté parándome de la cama para acercarme a Jimin y tomarlo suavemente del brazo una vez que le quitó el aguja.

Hay un brote en el edificio B y varios infectados en el piso dos. Hay militares por todos lados y los evacuarán hasta las cuevas. En el transcurso les explicarán que son, ahora vamos ya antes de que esto siga saliéndose de control.

—¿Qué sucede, Jungkook? —Preguntó Jimin preocupado.

—Necesito que te levantes y yo te ayudaré a bajar de la cama, ¿Sí? En el camino te explico, vamos.

𝘋𝘦𝘴𝘵𝘳𝘶𝘤𝘵𝘪𝘰𝘯 ¡! 𝗄𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇 ₁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora