VEINTICUATRO.

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~Jeon Jungkook.

Realmente no sé cuánto tiempo he estado afuera de la habitación de Jimin esperando a que Jin o Taemin salgan para decirme cómo se encuentra, pues cuando volteo a ver hacia la ventana, los débiles rayos del sol que se asoman por las nubes grises ya se encuentran alumbrando suavemente el suelo de la sala.

Suspiré, de verdad estaba muy cansado, los brazos me dolían mucho junto con las piernas. Subir casi tres pisos con un peso más había sido agotador, y lo único que me mantenía tranquilo, era saber que habíamos llegado a tiempo para salvar a Jimin.

Pero había algo que me estaba comiendo, algo que sabía que era completamente verdad y ahora me daba cuenta. Eran las malditas palabras de Hoseok que retumbaban en mi cabeza ahora mismo; "Llegará el día en que algo te haga reaccionar, y ahí te darás cuenta de la mierda de persona que eres. Sólo así podrás abrir los ojos."

Y ahora lo comprendía totalmente. Estuve a punto de perder a Jimin por mi ignorancia. ¿Qué demonios estuve haciendo todo este tiempo y por qué lo dejé solo?

Jieun.

Ella es una persona hermosa, de buen carácter y además se preocupa mucho por mí. Me hizo acordarme de tantas cosas de mi vida pasada que estaba olvidando por todo lo que el virus está haciendo. Quizá volví a sentirme vivo y tan despreocupado con la vida que me olvidé que de verdad tenía una prioridad.

Pero la perdí. Jimin ya no me acepta, ellos ya no me aceptan.

Me levanté del suelo para ir hacia el baño. Una vez que estuve ahí me miré en el espejo en silencio. Mi cara estaba llena de sangre y tierra. Noté como los huesos de mis clavículas se habían marcado más y por lo tanto sé que he perdido peso. Mi color de piel es aún más pálida de lo normal. Mis labios están resecos y mis ojos sin ningún brillo...Parezco otro infectado más a simple vista.

De repente oigo un grito desgarrador que me hace sobresaltarme demasiado y volteó a ver hacia la puerta. Veo a Taemin pasar y entrar al baño, pero en cuanto me ve también se sobresalta ya que se nota que no sabía que yo estaba aquí.

Pero me asusta más el hecho de que trae un par de toallas totalmente teñidas de sangre. Y él está igual o peor, toda su ropa es un desastre. También tiene los ojos hinchados y rojos, seguramente porque estuvo llorando.

—Jungkook, qué bueno que te encuentro —Dijo caminando detrás de mí para dejar las toallas en la tina. Yo lo seguí con la mirada, nervioso por tanta sangre —. Necesito que de tu departamento saques más toallas, todas las que puedas, es muy necesario.

—¿Y Jimin? ¿Cómo se encuentra? ¿Está bien? —Dije bombardeándolo con pregunta tras pregunta, necesitaba saber qué demonios estaba sucediendo —. Acabo de oír un grito.

—Ya despertó, pero...Está mal, no para de llorar y... —Una ola de gritos desgarradores comienzan a escucharse por todo el departamento y Taemin cierra los ojos para contener las lágrimas —. Dios, apúrate a traer las toallas, por favor. Jin después les contará.

Asiento apretando los puños cuando paso cerca de la habitación de Jimin y me retengo lo más que puedo para no entrar y ver que está sucediendo. Cuando salí del departamento, comienzo a correr escaleras arriba lo más rápido que puedo y conforme voy subiendo, me pongo más nervioso al pensar en qué está pasándole a Jimin y por qué grita de esa forma tan horrible.

Llegué al piso donde se encontraba mi departamento y busqué rápidamente mis llaves. Cuando las encontré, las metí en la cerradura y abrí lo más rápido que pude. No me fijé en otra cosa más que ir directo hacia el baño y abrir el armario para sacar todas las toallas que me encontré, solo dejando dos para mí.

𝘋𝘦𝘴𝘵𝘳𝘶𝘤𝘵𝘪𝘰𝘯 ¡! 𝗄𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇 ₁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora