𝘋𝘦𝘴𝘵𝘳𝘶𝘤𝘵𝘪𝘰𝘯 ¡! 𝗄𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇 ₁

CINCUENTA Y SEIS.

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Jeon Jungkook.

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El movimiento de la cama me hace abrir los ojos, por lo que me siento sobre ésta para mirar hacia el frente. Pero me tranquilizo cuando veo que sólo se trata de Drago, quien se ha bajado de la cama para poder dormirse en la cobija que Jimin le ha puesto en el suelo. Suspiro tallándome los ojos, volviéndome a acostar girando mi cabeza hacia la mesita de noche del lado de Jimin, donde se encuentra mi reloj.

Son las 2:45 de la madrugada.

Vuelvo a acomodar mi cabeza sobre la almohada, mirando la espalda de Jimin. Éste respira suavemente, por lo que me quedo mirándolo unos minutos, dedicándome a mirar su cabello castaño, al igual que los pequeños y delgados bellitos en su nuca. Suspiro levantando mi mano hasta tocar su suave piel de su brazo descubierto, sin hacer tanto alboroto.

Pero parece que Jimin ha estado despierto desde hace unos minutos, pues, siento como comienza a moverse hasta voltearse hacia mi dirección, para después sonreírme con una carita adormilada.

—Hola —Dice Jimin con la voz levemente ronca —, ¿No puedes dormir?

—Sí, pero Drago me despertó cuando se bajó de la cama —Digo con una sonrisa —. Duerme, yo lo haré en unos minutos.

—¿Me acaricias el cabello? —Pregunta con una pequeña sonrisa tímida.

—Ven...—Murmuro estirando mis brazos, para que él logre acomodarse perfectamente hasta quedar con su cara escondida en mi pecho, y su brazo derecho abrazando mi cintura. Suspiro pasando una de mis manos por su cabello, acariciándolo lentamente mientras me termino de acomodar.

Oigo cómo suspira, así que sólo me dedico a trazar pequeños círculos en su cabeza, luego, con mis dedos hago pequeños rulos con sus mechones más cercanos y vuelvo a repetir el mismo procedimiento.

Por un momento volteo hacia abajo, y me doy cuenta de que Jimin tiene los ojos abiertos, y ha comenzado a trazar figuritas extrañas sobre mi pecho.

—Contigo me siento seguro, ¿Lo sabías? —Susurra Jimin, por lo que dejo de acariciar su cabello para mirarlo —. Hace un año, tú y yo éramos completos desconocidos. Te odiaba y creo que tú me odiabas a mí. Si esto no hubiese pasado, seguramente jamás hubiese estado en la misma cama contigo, abrazados de esta manera.

—Sí, lo sé. Pero dejemos el pasado atrás, cometimos errores y ahora estamos juntos, aquí. Ahora el presente es lo que importa, y me siento feliz de tenerte vivo a mi lado.

Jimin levanta su cabeza, para observarme por unos segundos y después sonreírme con ternura. Yo lo imito, acariciando su mejilla suavemente, pasando mis dedos por la cicatriz que tiene sobre su piel.

Lentamente, suelto su cara, y él lo comprende, así que se impulsa hacia arriba para que yo pueda tomarlo de la cintura y que los dos nos unamos en un beso lleno de ternura y lentitud. Un beso que disfruto mucho, pues Jimin ha comenzado a mover sus suaves labios sobre los míos, creando un extraño aire sobre nosotros.

Parece que la respiración no importa ya, pues nuestros labios no logran separarse, y con el paso de los segundos, éste comienza a volverse cada vez más desesperado. De improviso, siento cómo su lengua abre paso por mis labios, buscando la mía. Y pronto la encuentra, así que en nuestras bocas comienza una pelea, creando sonidos que hacen que mi piel se erice con fuerza.

Tomo su cara entre mis manos, amoldándola entre los huecos de esta para acercarlo más a mí, y que nuestro beso se vuelva cada vez más salvaje, más violento. Sus manos pasan hasta mi pecho, donde ha tomado con fuerza mi playera.