TREINTA Y NUEVE.

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Uno, dos, tres, cuatro disparos. El sonido de las balas es lo único que se oye debajo de la tormenta de nieve junto con los alaridos grotescos de los infectados hambrientos.

No hay tiempo para detenerse, ellos les han comenzado a pisar los talones hace unos cuantos segundos; Un paso en falso y todos estaría muertos.

¡No se detengan, sigan corriendo mientras disparo! —Grita uno de ellos, dejando de correr, para comenzar a disparar a los infectados más cercanos; Segundos después, dos más del grupo se detienen para ayudar a disparar. Pero no es suficiente, una gran horda los viene persiguiendo desde hace más de media hora.

El olor putrefacto del aire hace que a todos se les revuelva el estómago, pero no hay nada qué vomitar, no hay comida dentro de ellos desde hace dos días.

No hay suficientes balas, no hay comida...Ya casi no quedan esperanzas.

Y entre la gran tormenta helada, los gritos desesperados de aquellos chicos se pierden con el viento: ¡No, suéltenme! ¡Ayuda, NO!

~Jeon Jungkook.

—¿Tienes hambre, Jungkook? —La voz de Jin hace que mi vista regrese hacia él. Desde hace unos cuantos minutos me he perdido viendo la naturaleza cubierta de blanco frente a mí, que no me he dado cuenta de que los chicos llevan varios minutos hablándome —, ¿En qué tanto piensas? Es la segunda vez que te pregunto si tienes hambre.

—Yo... —Dijo frunciendo el ceño para después suspirar y sonreír levemente —. En nada interesante, sólo estaba mirando los pinos llenos de nieve. Si tuviera una cámara, les tomaría fotos hasta acabar con el espacio de almacenamiento.

Jin sólo ríe tendiéndome la mano para que me pare de la roca donde me encuentro sentado y tomo su mano rápidamente, para quedar junto a él y poder comenzar a caminar hacia la fogata improvisada que Jin y Ragnar han hecho.

—¿Cómo estás de tu mano, Jungkook? —Preguntó Ester mirándome con una sonrisa en la cara. Todos se encuentran alrededor de la fogata, mirándome con curiosidad.

Desde hace tres semanas nos encontrábamos viviendo en una de las zonas más altas del bosque. Después de escapar del refugio, tardamos unos cuantos días en encontrar un lugar seguro en dónde ningún infectado estuviese rondando por ahí y por suerte encontramos una cabaña libre de muertos putrefactos.

Sin embargo, entre más lejos de las ciudades, más difícil era conseguir comida, por lo que, lo único que pudimos hacer, fue comenzar a cazar y hacer patrullajes por el bosque para encontrar algo que nos pudiese servir.

—Cazamos unos cuantos conejos. No es mucho, pero al menos podremos sobrevivir hoy y mañana —Dijo Taemin dejando caer una bolsa frente a nosotros llena de los conejos que Hoseok y él habían traído —. También revisamos las trampas y ningún infectado se ha acercado por aquí, estamos seguros.

—No he visto un infectado desde hace una semana, ¿Será por el frío? —Dijo Yoongi frotando sus manos en frente del fuego —. El viento ha comenzado a ser más fuerte y el frío también.

—Posiblemente, en el refugio me enteré que el virus se debilita con el frío. Hacían experimentos en los laboratorios con infectados que atrapaban y luego los sometían a diferentes pruebas —Dijo Taehyung saliendo de la cabaña. Ese chico era bastante serio con todos, menos con Jimin, así que de vez en cuando hablaba con nosotros.

—Y por eso también casi te matan, tonto —Dijo Namjoon ayudándole a Taemin a preparar la carne de conejo mientras miraba a su hermano con recelo —. Pero supongo que esa información es bastante buena, podríamos ir a buscar municiones sin el riesgo de que se nos abalance un infectado encima.

𝘋𝘦𝘴𝘵𝘳𝘶𝘤𝘵𝘪𝘰𝘯 ¡! 𝗄𝗈𝗈𝗄𝗆𝗂𝗇 ₁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora