— ¿Socios de nuevo? —Layla le extendió la mano a Brainy mientras ensanchaba su sonrisa socarrona. El chico le cerró la puerta de su departamento en la cara—. Imbécil —susurró ella acomodándose el abrigo y dando media vuelta para salir de aquel edificio. Habían platicado ya lo suficiente para tener un buen plan, mismo que había sido más de la autoría de ella que de Brainy a quién ya notaba algo "desesperado", pues quería que las cosas se dieran sumamente rápido y ella sabía que, aunque ambos quisieran eso, no sería así. Sin embargo, estaba confiada porque a ella se le daba esperar y ya lo había hecho suficiente, sabía que tenía una buena oportunidad, sino de quedarse con Arnold por lo menos de hacerle la vida imposible a Helga y arruinar su matrimonio. En el pasado había confiado demasiado en Brainy, cosa que la hizo fracasar en su plan y le había costado irse de Hillwood. Pero esa vez estaba decidida a obtener su revancha por la humillación que tuvo que pasar... la pelirroja nunca se olvidaría de ese día, en el que estuvo a punto de tener éxito y separar a los rubios. Layla no pudo evitar que mientras caminaba hacia su casa, los recuerdos de aquella noche llegaran a su mente:
Era el último día de clases aquella mañana y por la noche se llevaría a cabo la fiesta de gala con motivo del fin del segundo año escolar y ella estaba lista. Llevaría a cabo su golpe aquella noche para separar a Arnold y Helga al fin.
Llegó a los terrenos de la escuela por la parte trasera para evitar de esa forma ser vista. Eran las 5:00 de la mañana y el frío la calaba un poco pero no le impedía sentirse victoriosa incluso antes de que llevara a cabo su plan. La chica se subió la cremallera de su chamarra negra y escondió su cabello rojo en el gorro de la misma, atravesó el campo de futbol americano y enfiló al edificio principal.
Poco había quedado de aquella Layla educada y tímida que alguna vez fue en la primaria y todo ese cambio se había suscitado debido a la muerte repentina de su padre, el cual había sido su única familia. Perderlo le había amargado por completo la existencia. Un paro cardiaco había terminado de la nada con la vida de la persona más importante para ella. Había sucedido durante el primer semestre de la universidad, estando en clases le avisaron. Aún al recordarlo podía sentirse quebrada como ese fatídico día. Sus compañeros la habían acompañado en aquella situación, sobretodo Helga y Arnold. Extrañamente la rubia había sido la primera en llegar a su casa y ayudarla. Ellas dos nunca habían sido amigas, se podría decir que Helga la había "odiado" parte de la primaria ya que ella y Arnold se gustaban (pese a que nunca fueron novios), pero Helga había cambiado mucho con el tiempo y aunque el lado rudo que la caracterizaba seguía ahí, era mucho más cálida con todos y más con las personas que le importaban, lo sabía porque a partir de su cambio Layla la observaba en secreto.
En aquella ocasión Helga había llegado a su casa con víveres y muchas flores y se ofreció a hacer la comida para las personas que acudieran al duelo. Arnold había llegado poco después:
Layla abrazaba con fuerza a Arnold que acababa de llegar a su casa. La pelirroja lloraba desconsolada en su pecho mientras él la abrazaba y le acariciaba la espalda, tratando de reconfortarla. Ninguno hablaba, sólo se escuchaban los sollozos de ella en la habitación. Después de un rato, él decidió apartarla, pero Layla lo sujetó de la cintura y se quedó abrazándolo.
— Sé que no hay palabras para esto, pero quiero que sepas que estoy contigo y te acompaño, quizás no pueda entender totalmente tu dolor, pero lo comparto.
— G-Gracias Arnold, es... el que estés aquí significa mucho para mí —se sentía bien tenerlo ahí, que él estuviera preocupado por ella y que la acompañara. Hacía tiempo que sus sentimientos hacia él se habían definido y había llegado a la conclusión de que estaba enamorada de Arnold, pese a que las cosas en la primaria no se hubieran dado ya que estaban pequeños, ahora ella veía una nueva oportunidad para conquistarlo y a lo mejor no era el momento dada la situación, pero iba a conservar su oportunidad.
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¿Por qué la elegí como mi Esposa?
RomantizmArnold tiene un accidente automovilístico, suceso que lo hace perder algunos recuerdos. El problema es que en ellos se encuentra Helga Pataki y él no es capaz de recordar la historia que ambos tenían de un tiempo atrás para el presente. (Arnold x He...