Trigésima septima parte

980 128 20
                                    

Chuuya despertó su teléfono no dejaba de sonar, contesto medio dormido aunque poniendo el altavoz

· ¡CHUUYA-SAN! – escucho el grito de Akutagawa despertando a Dazai también

· ¿qu-que pasa? – dijo Dazai más dormido que nada

· TETSUYA ESTABA GATEANDO Y SE PARO – gritaba Akutagawa

· Ryu, deja de gritar asustaras a Tetsuya – pudieron escuchar a Atsushi de fondo

· NO ME IMPORTA, SE PARO

Ambos adultos comenzaron a reír, después de un rato en la llamada colgaron, Chuuya se estiro y Dazai le sonrió – ¿Cómo vas con el bebé? – pregunto Dazai

― Bien, si recuerdas que hoy tenemos cita ¿verdad?

― Sí, estoy listo para todo

― No puedo creer que ya tengo 4 meses...

― Han servido de mucho esos tés relajantes que prepara Atsushi-kun

― Sí, no sé qué sería de mi sin ese pequeño bribón

― Te haré el desayuno, báñate tranquilo

― Sigo dudando de tu cocina

― Chuuuuuyaa he mejorado

― Bien, confió en ti

El doble dúo llego al hospital, Dazai acompañaba a Chuuya en todo momento, su embarazo era difícil de obtener por lo que llevaba más tiempo de chequeos, habían pasado años con distintos médicos y procesos, y ahora por fin podían concebir. El doctor que por años ayudo a Chuuya ahora lo ayudaba en su embarazo, Dazai debía ser estricto con la alimentación así que el pasaba su tiempo con la nutrióloga.

Salieron del hospital en la tarde y fueron directamente al departamento, lo mejor era que Chuuya estuviera en total reposo – Dazai

― Dime

― ¿Qué vas a hacer hoy?

― Pues en tu lista está que quieres una almohada con calefacción, pusiste que querías salmón, y nada más

― Puse varias marcas de vino

― Chuuya, se te dijo que nada de vino

― Pero necesito vino

― No bebé nada de vino, es por el bebé

― Estoy odiando esto

Dazai beso su frente - ¿quieres algo más?

― No lo sé, no sé nada de bebés y no puedo moverme mucho... Por cierto, ¿ya ayudaste al jefe?

― No quiero hacerlo...

― Prometiste hacer mis planos para él

― Pero no quiero hacer nada de feos mafiosos

― No es su trabajo, es mío

― Repito, feos mafiosos

― ¡Dazai!

― Ya perdón, no te pongas mal, relájate, aun no sé cómo no ponerte histérico

― Solo dame un beso, haz mi trabajo y no abras el hosico 

― Bien...

Dazai se acercó besando la frente de Chuuya – iré a comprar esa almohada que quieres

Dark destinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora