Decima quinta parte.

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Desde temprano, ambos adultos se levantaron Atsushi limpio el futon mientras el mafioso salió, iría a comprar algo para desayunar, Nyoko todavía no despertaba así que ambos adultos desayunaron juntos en el suelo, aprovechando para ver las fotos de Nyoko. - ¿esta cuando es? – pregunto tomando una fotografía donde Nyoko estaba en el café

― Es de hace tres años, Nyoko entro al café por primera vez

― ¿Cómo?

― El primer año no la dejaba salir de la habitación, no quería que nadie la viera... Estaba algo paranoico

― ¿El señor Inoue la tomo?

― Si

― Es tan linda – menciono mirando la fotografía - ¿siempre ha usado vestidos?

― Si, los ama – menciono acomodándose al lado del azabache - ¿quieres comprarle más?

― Si

― Lo puedo ver en tu rostro – dijo el albino divertido – usa pantalones pero si ve un vestido primero no lo usará

― ¿Qué pasa si sale a correr?

― Siempre lleva un short abajo

― De acuerdo

― En cuanto despierte podemos ir a comprar lo que quieras

― Bien pero primero termina de comer la carne

― No como carne

― Eres un tigre que no come carne

― Exacto

El azabache suspiro, tomo el pedazo de carne del plato de Atsushi y lo comió. Atsushi sonrió de verlo. – ¡MAMA! – grito Nyoko. Atsushi y Akutagawa fueron corriendo a la habitación de la niña. Nyoko se escondía entre sus sabanas

― ¿Qué pasa?

― ¿Dónde estabas? ¿Dónde estoy?

Atsushi sonrió sentándose en la cama – estamos en casa, ¿lo olvidaste?

― S-si... - miro a su papá y alzo sus brazos. El azabache la tomo cargándola - ahora vivimos con papá

― Si, los tres juntos

Nyoko se ocultó en el pecho de Akutagawa, había estado asustada. Atsushi le sirvió a Nyoko verduras y arroz. Akutagawa la llevo para comer, no la dejaron sola.

Después del desayuno, un baño y cosquillas a la niña, salieron juntos al centro. Akutagawa usaba lentes negros y un cubre bocas para pasar desafortunado. Claro que Nyoko también quiso así que también llevaba un cubre boca negro. Atsushi sonrió viéndolos. El azabache se encargaba de todo. Atsushi solo suspiraba de ver a su hija feliz. – Mamá – le llamo la chica

― ¿si?

― Mira, en esa tienda venden cosas de princesas

― Yo... Aun no se mucho de princesas... - menciono el azabache

El albino sonrió, el dúo de ruidosos solo querían integrarlo. Atsushi tomo a la niña - ¿Qué se le va a hacer?

La niña y el albino se miraron y miraron al azabache – maratón de películas de Disney – dijeron ambos y el azabache trago saliva.

― Supongo que será día de películas. Aprovechemos que Dazai-san y Chuuya-san están en la casa

― ¿se encargan de eso?

Dark destinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora