Trigésima octava parte

1K 126 65
                                    

Atsushi estaba en la tina de baño, llenas de burbujas, Nyoko jugaba con muñecas al otro lado de la tina. Aunque el albino debía sostener al bebé, no dejaba a Nyoko de lado, disfrutaban de las burbujas y el relajante aroma de Atsushi en el ambiente.

Akutagawa llegaba a la casa, escuchando los ruidos desde su baño dejo sus cosas en el comedor y su habitación para después entrar al baño – estoy en casa

― Bienvenido – dijeron Nyoko y Atsushi

― Apa – escucharon de Tetsuya.

Los tres miraron al bebé, movía sus manos frenético por los brazos del mafioso, Akutagawa aun sorprendido se acercó y el bebé tomo su nariz – apa apa apa – repitió varias veces. Los tres rieron

― Mamá, papá. Tetsu dijo papá

― Si lo dijo – dijo el albino alegre

― Eres adorable, Tetsu – dijo el mafioso acariciando el cabello del bebé y haciéndolo reír con ello.

Akutagawa secaba el cabello de Nyoko en su habitación – princesa, ¿Cuándo dejaras que corten tu cabello?

― Jamás, mamá debe entender que soy una princesa como rapunzel

― Créeme que lo entiende, pero ya lo tienes muy largo, pasa tus rodillas

― Rapunzel lo tiene mucho más largo, lo lograré

El cabello de Nyoko por fin se secó, Akutagawa la arropo y descansó, salió de la habitación sin olvidar encender su pequeña luz de pingüino y cerrar su puerta, llego a su habitación donde Atsushi daba ligeros giros por la habitación, su aroma era su primera y eterna droga mientras el albino solo giraba y tarareaba para el bebé que llevaba en sus brazos ya casi en los de Morfeo. – Atsushi – susurro. El albino lo miro y sonrió. El bebé se acaba de dormir. - ¿puedo?

― Acuéstalo

El mafioso tomo al bebé con sumo cuidado, acaricio su mejilla con su dedo mientras recostaba al pequeño Tetsuya en su cuna. – Sigues en bata – le dijo al albino quien lo miraba

― Sí, me pondré pijama.

Rashomon atrapo al albino mientras seguía sonriéndole a Tetsuya, tapo al bebé con su cobija y activo el juguete de su cuna para relajarlo, tenían una malla que cuidaba del bebé, esto también impedía que Tetsuya viera cosas que no debía, solo sombras, y claro nada le dañaba. Atsushi miro al mafioso acercarse y fue sonrojándose poco a poco – ha-haces trampa...

― ¿Por qué? creí que te encantaba sentir como Rashomon te iba subiendo como una enredadera, ajustándose a tu piel y marcando tu cuerpo

― No uses tu habilidad para atraerme

― Hoy merezco más que solo hacerlo, mi hijo por fin dijo su primera palabra y solo para mi

― ¿estarás presumiendo?

― Todo lo que pueda presumir.

Rashomon se había adueñado del cuerpo de Atsushi como si de cuerdas se trataran, el mayor no dejaba de embestirlo mientras se miraban – aaah... ¡aaah! Estas pro-profundo – se quejó el albino – di-dile a Ra-Rashomon que su-suelte mis piernas

― No, ¿Cómo crees que llego tan profundo – menciono quedándose quieto – es su maravillosa agilidad para abrir piernas y el que Rashomon te sostenga que te hacen gritar tan dulcemente

― Ryu, mu-muévete

― Dilo entre gemidos y quizá lo haga

― Cru-cruel...

Dark destinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora