Tercera parte

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Akutagawa volvió a la base, se encontraba mal, no podía dejar de toser, sin poder hacer nada por su delicado cuerpo, se recostó en la camilla de la base y durmió. Cada noche tenía el mismo sueño, todo era oscuro, y solo resonaba aquella voz, el olor estaba alrededor de todo, y eso era todo lo que lo podía calmar.

― ¿Por qué me llamaste? – se quejó un pelinaranja recargado a contra pared

― Es digno de un alfa llegar a tiempo, Chuuya

― Dazai, habla, no tengo tu tiempo

― Quiero que vayas a un café

― ¿un café?

― Sí, estoy seguro que te gustará

― ¿Qué estas planeando maldito enfermo?

― Solo quiero redimirme de algo

― Ja... enfermo – prendió un cigarro, saco el humo de su boca - ¿dirección?




El clic de la puerta abriéndose, Atsushi lo miro extrañado, Kyo llamo a su padre. - ¿Qué le trae hoy por aquí? – dijo Inoue

― Una petición algo loca, una reunión

― ¿reunión?

― Entre la Agencia y la Mafia

― Pero presidente Fukuzawa, eso sería peligroso.

― Los mafiosos acordaron no dañar ni tener represarías o nuestro trato será cancelado

― ¿Por qué se reunirían aquí? – pregunto Atsushi

― Es un punto muerto para nosotros

― La mafia pagará bastante por estar aquí – menciono Dazai – por favor, déjenos hacer aquí la reunión

― Confió en la agencia, no hablaremos

― Solo necesitaremos un mesero

― Lo haré yo – dijo Kyo

― Bueno... preferimos a Atsushi, estamos más familiarizados con él

― Lo comprendo, ayudare en el servicio

― Se los agradecemos

Por la noche, Atsushi le leía un cuento a Nyoko, miro a su pequeña niña durmiendo y sonrió, miro por la ventana mirando una sombra negra, no le dio miedo, acostumbraba a ver cosas pero esa noche decidió quedarse con Nyoko.


Al día siguiente en la cafetería apareció un chico bastante elegante con sombrero, quien lo atendió fue Kyo, solo había pedido un café con whisky. Le agrado el hecho de que no pidieran su identificación por su altura, con eso ya habían ganado muchos puntos. Nyoko apareció, jugaba del otro lado de la barra mientras dibujaba y pintaba. Kyo acaricio su cabello y la niña sonrió, fue cuando cruzo miradas. – Ese sombedo es hermoso – dijo la niña alegre

― Gracias dulce pequeña

― Señor ¿puedo dibujarlo?

― Adelante

El chico se quedó quieto, la niña sorprendentemente hizo el dibujo de un sombrero idéntico al del chico - ¿Cómo se llama? – Pregunto la chica amable – yo soy Nyoko Nakajima

― Soy Nakahara Chuuya

― Es un guto – le dio la hoja – para usted

― Que chica tan adorable

Dark destinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora