Dark destiny

Trigésima sexta parte

Akutagawa miraba con asco a Kyo quien jugaba con Nyoko en el parque, aunque ya había conocido a Nanami, seguía odiándolo. – Akutagawa – le llamo Inoue

― Inoue-san ¿y Atsushi?

― Está comprando unos helados – menciono sentándose a su lado y jugando con Tetsuya – su cabello es de un gris oscura tan... tierno

― Si, aun no entiendo por qué es gris

― Oh tranquilo, su cabello cambia al año y medio

― ¿Qué? ¿Por qué?

― Por la fricción, no te asustes si a los seis meses comienza a perder mechones de cabello, al final tendrá el definitivo

― ¿Cómo lo tenía Nyoko?

― Era completamente negro al nacer

― Ya veo... aunque esos colores se le ven bien

― Si, nunca imagine que un bebé pudiera cambiar así sus tonos de cabello, por cierto ¿no se lo ha cortado?

― Se rehúsa, dice que será rapuncel

― ¿Qué paso?

― Atsushi le dijo que no se lo cortará hasta que ella se rinda y admita que se lo quiere cortar pero no lo ha hecho, ya sabes cómo son

― Si, Atsushi llega a ser muy

― ¿llego a ser muy que Inoue-san?

― Tierno con tus hijos

― Mmm...

― Calma Atsushi, Inoue-san me enseñaba de bebés

― ¿más lecciones de paternidad?

― Bueno, ya sabes, Akutagawa llego ese día con tantas ganas de aprender

― Solo quiero ser un buen padre – se quejó el mafioso

Kyo y Nyoko llegaron, la pequeña salto a su padre y Kyo solo respiraba agitado - ¿cansado?

― ¿Qué te digo? Ella es más ágil que Moana

― ¿Quién es Moana? – pregunto el azabache

― ¡la princesa que vimos hoy en el cine! – grito Nyoko - Ojala hubieras visto la pelicula con nosotros 

― Perdona, tenía trabajo, pero te divertiste con todos ¿no?

― ¡Sí! aprendí a decir buenas palabras

― ¿buenas palabras?

― ¿Cómo era la canción? – pregunto Atsushi – "yo solo sé decir..."

― "de nada" – cantaron Nyoko y Kyo

Los tres rieron, Inoue miro al azabache, estaba que reventaba de celos – te pasa por jugar sucio

― Inoue-san - le llamo Akutagawa en un sustitución de un "Callate"

― Como sea, no puedes hacer nada si tienes trabajo, pero puedes ver la película en casa con tu hija ¿no crees?

― Si... - Akutagawa inflo sus cachetes – estúpidos tíos.

― Bueno, nos vamos – menciono Atsushi – Nyoko aún tiene tarea y mañana vera a sus amigos en el parque

― Atsushi, no olvides traer las muestras mañana al café

― Oh claro – le sonrió el albino – gracias por ayudarme