La Molestia

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Aun con la boda arruinada, el banquete no se desperdicio. Ni la fiesta. Katsuki no entendería a la gente rica.

Pero mientras tenía el pago de su comisión, no importaba.  Con ese dinero, podría realizar su sueño, y al universidad donde estaba su ídolo, el arquitecto All Might no era barata.

. - Será gracioso verte-su madre sonreía divertida-Mira que serás más grande que todos tus compañeros

. - ¡Un trato es un trato, vieja!

Con veintiseis, llamaría la atención entre chiquillos de dieciocho en adelante. La ventaja era que podría ligar con alguna (o varias) de sus ingenuas compañeras.

Como esa chica de cabello rosa que contorneaba sus caderas al andar, o esa azabache con el cabello amarrado que mostraba unas gloriosas protuberancias delanteras, o esa rubia que tenía una cintura estrecha y sensual.

Eligió la clase de Aizawa Shota, reconocido arquitecto de gran trayectoria. De mirada desganada y desalineado miraba a sus alumnos sin emoción.

. - Ustedes no son niños, ni estudiantes, a partir de hoy, son arquitectos.

Eso quería escuchar. Después de ocho años, podría ser lo que quería, finalmente comenzaba su vida.

. - Los asientos que eligieron, serán suyos todo el semestre

Y tenía a todas las bellezas a su alrededor, lo mejor es que la que tenía mejor trasero quedó frente a él. Arquitectura y sexo. Bienvenida de nuevo, vida universitaria.

. - Tengo proyectos en proceso, cuando no este, podrán dirigirse a Izuku

¿Izuku? De dónde le sonaba.

. - Hey, niño, entra ya

Mientras observaba entrar al individuo, dejó de sonreír y todo dejó de tener sentido, abrió los ojos impactado y su boca casi cae al suelo. Con varias hojas en las manos, una sonrisa dulce y unos lentes que escondían un poco sus ojos y pecas, Midoriya Izuku entró al salon.

Debía ser una broma, su suerte se había acabado.

El azabache se despidió, y el pecoso con una encantadora sonrisa, empezó la clase. Ni una palabra escucho, estaba cautivado, si vestido de novio se veía hermoso, como un nerd sin estilo se veía como un ángel.

Tenía problemas. No solo por su falta de atención, hacía mucho que Katsuki no se ponía así de duro solo por ver a una persona. Además de que era por un hombre.

. - Me lleva la mierda - susurro con los dientes apretados

El pecoso estaba rodeado de varias chicas, incluso chicos luchaban por llamar su atención, con una sonrisa buscaba escapar, pero esa jodida amabilidad le impedía irse sin más

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El pecoso estaba rodeado de varias chicas, incluso chicos luchaban por llamar su atención, con una sonrisa buscaba escapar, pero esa jodida amabilidad le impedía irse sin más.

. - Estúpido Deku- el rubio cenizo grito, llamando la atención

. - Kacchan

El peliverde corrió hacia él, sus malditos ojos brillaban emocionados. Maldijo por debajo pero no cambió su expresión desinteresada.

. - No sabía que te gustaba la arquitectura-el chico sonrió, el rubio chasqueo la lengua

. - ¿Qué mierdas haces aquí?

. - Estudio aquí, soy el residente de Aizawa-sensei

. - ¿Estas en tercer año?

. - Cuarto-se acomodo un rizo detrás de la oreja, maldito idiota sensual-Termino este semestre y comenzaré a trabajar a tiempo completo

. - Pensé que tu madre no te dejaría

. - Me ha desheredado, por ser homosexual

Ah si, la boda donde pelearon aquellos chicos por él. Casi lo había olvidado.

. - Ochako ahora está de compromiso con Tenya, ¿no es genial?

. - Pero era un jodido pobre

. - Después de eso, mi madre decidió que Tenya debía ser el heredero de la fortuna Midoriya, así que algo bueno salió

Arqueo la ceja sin entender. Pero ya no quería saber, entre más hablaba ese niño, más ganas de besarlo le daba.

. - Tengo clase, ¡nos vemos Kacchan! Espero nos llevemos bien.

. - Muerete imbecil

Con una risita, el pecoso se fue. Eso no estaba bien. Katsuki le gustaban las mujeres, sus curvas y la suavidad de ellas, no entendia porque no dejaba de ver el trasero del que se iba.

. - Será un buen semestre, ¿no crees?

Miró a la joven que le hablo. La chica de cabello negro con las enormes protuberancias. Si, así le gustaban.

. - Con hermosuras como tu, será un deleite

La chica se sonrojo, y él sonrio. Nada como un encuentro casual para olvidar esos hermosos ojos verdes.

O eso creyó.

Al final del día, se llevó a su departamento a la hermosa chica, Yaoyorozo Momo, después de unos besos, ella estaba retozando en su cama, gimiendo con cada prenda que le quito.

Le encantaba sentir esa suave piel, escuchar esos gemidos, tocar, besar, acariciar. Pero hubo un problema. Por más que lo intento, no logro tener una ereccion.

. - Bakugou-San-sonrojada hasta las orejas, la chica susurro-Sea gentil, soy virgen

Alivio sintió. En lugar de sufrir la humillacion de no lograr despertar a su amigo, tenía una salida, que no dañaría su reputación.

. - Tranquila, bebe-Katsuki beso sus labios con maestría-Te haré sentir bien

Y cumplió su palabra. Simplemente con sus dedos y lengua llevo a la chica al extasis. Se excito de escucharla gemir al llegar al orgasmo, pero su miembro siguió tan flacido que le asustó.

Momo quedó maravillada de lo galante que fue, viendo por su placer antes que el propio. Así que sin dudarlo, aceptó la proposición de ir a su casa en taxi, taxi que el rubio pagó.

. - Así no habrá preguntas incómodas princesa

Con un beso casto y la promesa de verse al día siguiente, ella se fue.

Ya en su cama, en completa soledad, puso una almohada en su rostro y grito de frustración.

Por primera vez en diez años, no pudo terminar, es más, ni pudo empezar.

Su móvil sonó, y sin ver quien era contestó de mala gana.

. - Pero que mal humor, Kacchan-se incorporó asustado-Te hace falta coger

. - ¿Qué carajo quieres Deku?

. - Nada, solo quería desayunar mañana contigo

. - ¿Y por qué iría contigo, imbecil?

El pecoso en la otra línea soltó una risita, que le erizo la piel, y finalmente alguien despertó.

. - Porque no tienes nada mejor que hacer, Kacchan, te veo a las siete, en la entrada, no me hagas esperar

Y colgó. Dejo de lado el celular, observando con el ceño fruncido su entrepierna que se apretaba en sus jeans, recordar al pecoso no ayudaba en nada.

Sus jodidas pecas.

Sus malditos labios.

Sus estúpidos ojos.

Su enorme y sensual trasero.

Y por primera vez, ante su molestia, Bakugou Katsuki se masturbo pensando en un hombre.

Maldita sea.

El Brillo En Tu MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora