El Brillo En Tu Mirada

La Boda

Finalmente el día llegó.

Bakugo Katsuki se sentía orgulloso. El primer evento que tenía a su cargo y lo había dejado fenomenal.

Una boda de niños ricos, con padres quisquillosos, en un enorme y exclusivo jardín.

Todo lindo, organizado y elegante, esta boda le garantizaba el orgullo paternal y su pase a estudiar lo que realmente amaba, Arquitectura. 

Con veintiséis años, sería el socio de la familia y las ataduras de ser un simple empleado se romperían, ese era el trato.

. - Kacchan, ¿era necesario el corte?

. - Callate Deku-le acomodo la corbata al traje formal blanco-Ya no pareces un arbusto

Aunque era un arbusto lindo.

El joven río. Sus mejillas llenas de pecas con un sonrojo eran arte. Katsuki era heterosexual, pero siempre había admirado la belleza y ese niño lo era.

Hacia dos meses, conoció a los novios, Midoriya Izuku y Uraraka Ochaco, ambos de  veintiún años, empalagosos, risueños y dulces.

Los odio desde el primer momento en que los vio, tomados de la mano hablando del decorado de un pastel.

En la planeación, surgió algo parecido a la amistad, pero lo suficiente distanciado para seguir trabajando, eran agradables, aunque los odiaba la mitad del tiempo.

Observó al joven de cabello verde esperar ansioso en el altar. Odiaba admitirlo, pero verlo era su hobby secreto favorito. Era una dulzura andante con un aire varonil, el imbecil ese era un poema y a él le encantaba apreciarlo.

. - Ya tardó Ochako-le dijo bajito, viendo a sus invitados inquietarse-Debería ir a...

. - No hagas mi maldito trabajo, estúpido, yo iré

No iba a permitir que la impuntual sea un problema para que se casaran los enclenques enamorados.

Ante la atenta mirada de los invitados, se fue dando zancadas a la enorme casa donde estaban las habitaciones de los novios y sería la recepción.

Al llegar a la habitación de la novia, sin tacto abrió la puerta. Y deseo no haberlo hecho. Abrió los ojos impactado y no supo que decir, después de todo la novia estaba con un hombre que era el asesor financiero de la familia Midoriya.

Un hombre que tenía los pantalones abajo entre las piernas alzadas de la novia que sujetaba el vestido con una mano y la otra estaba en el cuello del hombre.

No tenía que ser un genio para saber que pasaba. El asesor financiero se estaba cogiendo a la novia, el día de la boda, unos minutos antes de que ella fuera al altar.

. - ¿No te enseñaron a tocar?

La voz agitada de la Cara Redonda lo regresó a la realidad.

. - ¿Estas loca? - su cabeza estalló en ira-¡Que mierda!

Sintió que alguien o algo lo empujó, apenas si logro mantener el equilibrio, escucho que la puerta se cerraba de portazo.

. - ¿Son tan idiotas? - Izuku llegó todo agitado - ¡Esto de aquí, se llama pestillo y sirve para cerrar puertas!

. - Danos cinco minutos-la castaña habló más tranquila. - Bueno, quizá menos

. - Es nuestra boda Ochako, ¡pudiste esperarte veinte minutos!

. - ¡Aguafiestas!

El rubio miró con los ojos como platos a todos, la castaña se acomodo el vestido y el otro se acomodo el pantalón.