El Brillo En Tu Mirada

Domingo

Katsuki siempre fue un mujeriego.

Al entrar a estudiar administración por imposición de sus padres, ellos le regalaron ese departamento.

Estudias lo que queremos y te damos libertad.

Katsuki captó el mensaje, y le dio buen uso a esa libertad.

Varias mujeres visitaron ese lugar, entrada por salida, nada formal.

Pero era la primera vez, que Katsuki había traído a un chico.

Pronto se acostumbro a la curiosa anomalía, de escuchar gritos chillones y agudos, ahora oía gemidos roncos y profundos.

Cosa que descubrió que le atraía más y le lastimaba menos los oídos. Aunque estaba seguro que era por quien soltaba los gemidos.

Después de la primera vez, la segunda fue más llevadera, la tercera fue placentera y a la cuarta ya era adicción.

Si algo Katsuki gustaba más que la arquitectura, era una buena ronda de sexo.

En el sofá, Izuku gemia con la cabeza hacia atrás, mientras daba sentones en la endurecida extremidad del rubio, el cual lo tenía agarrado de la cadera para llegar más profundo.

. - Ah, si, ahí...

El rubio respiraba entrecortado y tenía una sonrisa en el rostro. Izuku se veía tan extasiado,  demasiado erotico, mierda ya iba a terminar.

Tomó aquel falo para bombearlo ya que rebotaba en cada estocada, hacía tiempo le había perdido el asco, y esperaba ver como el chico se corría, por incontable vez por sus caricias.

. - No... Al mismo... Tiempo...-el otro apenas podía respirar

. - Pero bien que te gusta perra, dime Deku, que te gusta mas ¿mi verga en tu culo o mi mano en tu verga?

Katsuki también hablaba sucio en la cama, Izuku parecía disfrutarlo por cómo se movió desesperado.

.-Ya casi.... - susurro sonrojado

. - Venga bebe, termina para mí

El chico se detuvo, todo su cuerpo se tenso y gimió fuerte, mientras el semen manchaba la mano del rubio y su pecho.

Apoyo su cabeza en el hombro del rubio, intentando calmarse. Katsuki lamio su oído.

. - Deku, muévete un poco más, ya casi me corro

Sin levantarse de su posición, el peliverde acato la orden, movió su cadera lo cual no era suficiente.

. - Maldito Deku, muévete bien

Y tomando con más fuerza aquella sexy cadera, el rubio lo movió a conveniencia, sintiendo el placer recorrer su cuerpo, el menor gimió, arqueo su espalda y tenía los ojos en blanco.

. - Aguanta, ya casi

El menor soltó lágrimas de placer, estaba sobre estimulado, el mayor le encantaba verlo así. Unos movimientos más y finalmente se libero, jadeo satisfecho y dejó al pecoso descansar en su regazo.

. - Mierda, eres maravilloso estúpido nerd

Izuku río bajito al sentir la suave nalgada que el mayor le dio. Se incorporó y beso esos labios que se había vuelto adicto.

. - ¿Quieres desayunar?

. - Quiero dormir-el pecoso pego su frente sudorosa a la suya - Ya me duele atrás.

. - De acuerdo, pero debes comer.

Se volvieron a besar, tranquilamente, acarició esa espalda, que no era suave por las cicatrices pero le gustaba el tacto.