El Brillo En Tu Mirada

Diferente

Algo había cambiado.

Katsuki se comportaba diferente.

Izuku también.

Y había un muro entre ellos.

Ya no veían la televisión abrazados.

Ya no dormían juntos.

Ya no tenían sexo.

Cualquier persona normal, hubiera interpretado eso como la irremediable ruptura y terminaría en separación.

Pero Izuku no era cualquier persona. Y menos una persona normal.

No se avergonzaba de quien era.

Desde los dieciséis, engaño a hombres maduros por dinero.

La misma rutina. Se mostraba inocente, afirmaba ser virgen y ya los tenía en sus manos.

Incluso no se detuvo cuando tuvo un novio real, Chisaki Kai, ya que no le molestaba siempre y cuando hubiera dinero.

Pero ahora era diferente.

Quería a Katsuki. No. Mentira.

Amaba a Bakugou Katsuki.

No sabía cómo había sucedido. Simplemente lo había visto como su boleto de salida.

Quizá fue cuando se enojo el día de su boda.

O cuando desayunaron juntos.

O cuando se besaron por primera vez.

Ah. Seguro fue la primera vez que se acostaron.

Tan apasionado, fuerte y sexy, se había sentido en el cielo e hizo esfuerzos sobre humanos para no venirse en cuanto el rubio lo penetro.

Se veía que tenía experiencia en la cama, y había sido la mejor cogida de su vida.

No. Ahí no fue.

Quizá fue después del sexo, los mimos y caricias hasta que se durmió.

O quizá, cuando le dijo 'te amo', con esa voz, usualmente ronca, decirlo en un tono suave.

O cuando le pidió matrimonio.

Tal vez fueron las veces que le regañaba por no limpiar o hacer las tareas de la casa.

Solto un fuerte suspiro. Quizá era el conjunto de todo eso, incluso los detalles más ridículos que había notado en él.

Tales como que Kacchan fruncia el ceño cuando algo lo emocionaba, o cuando chasqueaba la lengua porque estaba avergonzado.

Como se comía primero los vegetales porque no le gustaban, o ese suave ronroneo que hace inconsciente cuando limpia algo.

Podría tener muchos detalles, hechos, que no le llevaban a saber cuando se enamoro, pero si sabía que no iba a perder al rubio.

Estaba tan decidido a enfrentarlo, y si tenía que violarlo y amenazarlo para que no se fuera de su lado, lo haría.

O eso pensó, hasta que lo vio, a la salida de la universidad hablando con su antiguo amor.