Amor

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Katsuki acarició los cabellos rizados mientras escuchaba todo lo que el pecoso le decía.

Terminaron recostados en la cama, con las piernas entrelazadas platicando, sacando toda la verdad.

Cada uno abrió su corazón, sin prisas, entre bromas, lágrimas y sonrisas se descubrieron.

Miedos, sueños, deseos.

Desde el alba hasta el anochecer.

Terminando aquella larga platica, compartieron suaves caricias y besos.

De esos que conectan el alma.

Izuku enredo sus dedos en la rubia cabellera, mientras Katsuki acariciaba la pecosa piel de la cadera. Se miraron con intensidad y amor.

Los besos comenzaron a ser más intensos. Sus lenguas se juntaban explorando con suavidad la cavidad ajena, se acercaron lo suficiente para unirse en un abrazo íntimo.

. - Kacchan-esas esmeraldas brillaban intensamente - Te amo

El rubio sonrió ladino antes de volver a besarle.

Era la primera vez que el pecoso lo decía.

Acarició el pequeño cuerpo lentamente sobre la ropa, disfrutando el calor, con suavidad metió sus manos por debajo de la playera, acariciando la pecosa piel.

Varios jadeos suaves fueron la respuesta.

Sus manos llegaron al torso, tocando suave y lento cada musculo, delineando la piel como queriendo grabarse la forma en su mente.

Sin prisa, comenzó a desnudar al menor. Repartiendo besos en todo el rostro, mordiendo con cuidado, degustando el sabor natural del pecoso. Bajando lentamente.

Mordió y succiono cada pezon, deleitandose por los gemidos, sus manos quitaron los pantalones y ropa interior, sin dejar de besar y morder la piel expuesta.

Izuku tembló cuando sintió el aliento caliente en su miembro, y un jadeo fuerte soltó cuando el ceniza lamio con devoción.

Katsuki puso las pecosas piernas en sus hombros para levantar la cadera del chico y tener acceso a su entrada.

Comenzó a lubricar ese anillo de carne, mientras bombeaba el miembro, más jadeos e incluso temblores fueron la respuesta.

Pronto dos dedos estaban dentro, cumpliendo la función de relajar aquella deliciosa entrada para recibirlo.

. - Kacchan.... Me.... Voy a...

La entrepierna del rubio estaba demasiado apretada, y casi dolorosa, cuando escucho el grito de placer del pecoso, el liquido caliente terminó en su mano mientras seguía con su lengua en la entrada, disfrutando los espasmos.

Mientras Izuku suspiraba y temblaba por el reciente orgasmo, el rubio se desnudo ante la atenta mirada jade.

. - Mierda Deku, eres hermoso

El aludido río avergonzado.

Otra sesión de besos inicio, suaves y cálidos, Izuku podía sentir vibrar ese enorme miembro que descansaba entre su vientre y su flacido pene, cosa que lograba despertar una vez más a su miembro.

Por primera vez, Izuku noto las mejillas rojas del ceniza. Cosa curiosa, no había pasado antes.

. - Te amo, estúpido nerd

Katsuki lo trataba con tanto cariño que sintió que lloraba de felicidad.

Entre besos, parecía que el rubio buscaba algo, al no encontrarlo soltó un gruñido, cosa que le dio gracia al pecoso.

El Brillo En Tu MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora